miércoles, 3 de octubre de 2018

Diario de a bordo























De las sonrisas a las frustraciones


A 2 de octubre de 2018, primer aniversario de una gran derrota para el independentismo catalán. Y Cataluña continúa siendo una autonomía, mal que les pese a algunos.

Desde hace años y hasta 2017, el independentismo popularizó actos de calle multitudinarios, con personal de todas las edades e incluso algunos perros ataviados con camisetas y pañuelos atados al cuello. Se reunían con sus camisetas unificadoras, bajo las banderas, los globos y los cánticos que sirven para ahuyentar el miedo. Todo estaba pensado y encaminado a cimentar el grupo, a “fer pinya”, como dicen ellos.
Toda esta gran operación de marketing era en si misma, a lo que dieron en llamar “el procés”, un movimiento popular al que ellos mismos calificaron como “la revolució dels somriures”, o revolución de las sonrisas.

Un año después, hasta el más fanático de estos revolucionarios de pacotilla, se ha dado cuenta de que de todo lo prometido en la campaña revolucionaria, nada se ha convertido en realidad. El voto independentista sigue siendo ilegal y no existe ni la independencia, ni la república.

Las bocas arqueadas hacia arriba, han ido bajando, y actualmente las bocas están arqueadas, sí, pero hacia abajo. Las sonrisas se borraron y su lugar está ocupado ahora por la frustración.

El 1 de octubre de 2018, fue un mal día para el independentismo; la gran mayoría de los suyos, de los que en 2017 habían hecho piña con el núcleo duro radical, se quedó en casa de una forma abrumadora.

Es cierto que hubo grupos de independentistas que todo y siendo pocas personas, protagonizaron actos violentos, ya sea cortando la vía del tren, manifestándose buscando en todo momento el enfrentamiento con la policía, intentando incluso asaltar el Parlament. Pero todo ello sólo prueba la tremenda frustración que sienten estos radicales, al verse abandonados por la gran mayoría que les acompañaba hace un año. Son pocos y creen que tienen que hacerse oír de la forma más imple que conocen, que no es otra que empleando la violencia. Y es que lo hicieron.
De lo que podemos estar seguros es que, a fecha de hoy, no promoverán otro referéndum ilegal al saberse minoritarios.

Así pues, ante la mirada de todos, incluso de los independentistas moderados, ha sido puesto al descubierto todo el tinglado independentista. Todo estaba basado en un montón de mentiras, lo cual puede comprobarse fácilmente sin lugar a equívoco alguno.

El famoso Carod-Rovira, ex dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya, partido que siempre se ha declarado republicano, escribió ayer un mensaje que describe lo que está ocurriendo: “No podemos continuar más tiempo sin una dirección política y una estrategia unitaria, lejos de la violencia y la represión, pero lejos también del tacticismo de partido y la mirada corta. El pueblo se ha movilizado y se moviliza, pero empieza a estar cansado del desbarajuste y la falta de proyecto”.

Lo dicho, de la alegre revolución de las sonrisas se ha llegado al malestar de las frustraciones.  
¿Y ahora cómo se gestiona todo esto?

Mijail

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