miércoles, 20 de diciembre de 2017

Diario de a bordo



Mañana, elecciones 

Mañana tendrán lugar las repetitivas y pesadas elecciones autonómicas catalanas, y hasta he llegado a pensar, que no es necesario teorizar tanto sobre los posibles resultados electorales, ni darle tantas vueltas al asunto; estamos en un bucle infernal. Ni con cuatro aplicaciones seguidas del 155, será posible imprimir cordura en unas mentes, encastilladas como están, dentro de una fortaleza que sólo alberga al ciego fanatismo.

Pero ¿cuál es el problema o la causa de todo? Lo pregunto porque después de mucha prensa, tertulias con sesudos comentaristas, etc, no se nos ha explicado aún, el posible motor de todo este enredo, lo que sí hacen es explicar posibles resultados electorales y atentas estrategias, intentando actuar a modo de adivinos. Hombre, la profesión de adivino siempre ha estado bastante denostada, pero admito que, si se tratara de un vidente o adivino certero, el tal profeta tendría la vida resuelta y no sé de nadie que esté en esta situación, otra cosa es, que alguien haciendo sus predicciones finalmente acierte.
Por mi parte decir, que desconozco totalmente cuales pueden ser los resultados electorales y las estrategias que pueden seguir a los mismos. Yo no hilo tan fino.

Pero podemos entrar en las causas del problema, porque esto ya es pasado y por tanto ahí están los hechos: cuando tuvieron lugar las primeras elecciones generales de 1977, tanto los partidos como los candidatos estaban perfectamente acotados; se presentaba una izquierda, otra izquierda que resultó apañista, un centro, que pretendía pescar votos entre todos los españoles indecisos, una derecha defensora de un liberalismo que no demostró y unas derechas menores regionalistas que ofrecían defender la derecha del terruño.
El problema electoral para algunos partidos, aparece cuando, transcurridos unos años en democracia y habiendo entrado ya España en el Mercado Común, se firma el tratado de Maastricht, que viene a ser el acta fundacional de la actual Unión Europea. En ese tratado se define la futura UE como una “economía de mercado”, con lo cual el PSOE que gobernaba en aquel momento en España firmó implícitamente, que no se podía hacer política de izquierdas, sino de derechas. Recordemos que uno de los pilares del socialismo era el control de los medios de producción, pues bien, con una “economía de mercado” estamos en las antípodas de una política socialista.
Recuerdo incluso, a cierto conocido líder del PSOE, cuando en un mitin electoral televisado, alertaba a los asistentes, diciéndoles que tuvieran cuidado, no fuera a ser que la derecha les dejara sin pensión. Esa amenaza y otras parecidas, formaban parte del programario electoral, es decir del hecho diferencial electoral.

La realidad ha sido, que el PP cuando ha gobernado, no ha eliminado las pensiones, ni la sanidad pública (otra amenaza que circulaba), ni la educación pública. Quiero decir que todas las prestaciones sociales provenientes de los gobiernos no digo ya de F González, sino de los gobiernos de Suarez han perdurado. En todo caso los que sí han reducido derechos laborales han sido F. González, Zapatero y ahora Rajoy.
En el fondo, sea un partido de izquierda o derecha el gobernante, hasta la fecha todos han mantenido el mismo modelo social, es más, los gobiernos llamados de derechas cuando han gobernado han respetado las políticas anteriores.
Todo esto implica, que exista una gran dificultad para presentarse ante los electores como un partido diferente a los demás, el hecho diferencial que diría Pujol, puesto que la política económica dentro de la UE, viene marcada por unas directivas de “economía de mercado” y por tanto, los gobiernos no pueden intervenir en la economía.

¿Y cómo es posible diferenciarse de los demás partidos? Pues sencillamente inventando un problema donde no lo había; inventando un problema y ofreciendo una solución al mismo.
Todo sea por mantenerse en el poder.

Mijail  

Etiquetas:






<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]