martes, 26 de septiembre de 2017

El Confidente


Una lectura de los resultados electorales alemanes

Como en todos los procesos electorales se desprenden pocos datos objetivos, que no sean la cifra de participación, el número de votos que ha recibido cada partido, o los escaños obtenidos por cada grupo. Sin embargo, a estos datos siempre les podemos añadir nuestra lectura o interpretación subjetiva.

Que estos son los peores resultados obtenidos por la CDU y el SPD desde 1949, es una realidad como lo es, que ha entrado en el parlamento 94 diputados de la extrema derecha AfD. Entre CDU y SPD no tienen más de 399 escaños en el Bundestag quedando lejos de la mayoría.
La CDU ha ganado las elecciones con el 33,2 de los votos; unos 12 puntos menos que su eterno adversario el SPD. Lo que retuerce los resultados, es que estos últimos descartan formar parte de otra gran coalición para gobernar el país y por tanto, se augura que Merkel deberá pactar con verdes y liberales, una tarea un tanto difícil.

Debido que a corto plazo hay previstas unas elecciones regionales, se prevé que como mucho, no habrá pacto de gobierno hasta los primeros meses del próximo año, en caso contrario o situación de ingobernabilidad, Merkel se vería obligada a convocar nuevas elecciones.  

No parece tan difícil entender el comportamiento de los votantes alemanes, cuando algo más de un millón de votos de la CDU han pasado a Alternativa para Alemania (AfD). Un movimiento previsible ya que en general, el ciudadano alemán no está por la labor de acoger a refugiados o emigrantes económicos. Se dice que Merkel acogió a tantos refugiados o emigrantes por una cuestión de conciencia. Puede que sea así, aunque también cabría pensar a modo de teoría especulativa, que fuera una decisión calculada adoptada por la hermética Merkel; es decir, adoptando una posición socialdemócrata con el tema de los refugiados, dejaba sin espacio electoral al SPD, que ha sufrido un gran revés electoral.

A la vista de los resultados, la admisión por parte de Alemania, de más de un millón de refugiados, ha provocado el correctivo que supone un trasvase de más de un millón de votos a la AfD. Esta fuga de votos a la que ya se añaden ciertos sectores de su partido, piden a la conservadora Merkel, una derechización de la CDU y por tanto de sus políticas, algo que verían muy bien los liberales para firmar un pacto de gobierno, pero que sin duda rechazaría el grupo de los verdes, cuyos escaños son necesarios para formar un gobierno estable.

En la noche electoral, Merkel aparecía sonriente tras haber ganado las elecciones, pero era solo una postura, puesto que los problemas que se le avecinan, van incluidos en los mismos resultados electorales. Unos problemas que puede llegar a ser tan grandes, que inviten a dimitir a la canciller.

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