miércoles, 8 de marzo de 2017

Diario de a bordo


Una presunción de inocencia utópica

Algunos intuimos -seguramente bastantes-, que los partidos políticos no son tan diferentes entre si como dicen ser. Algunos sospechamos -seguramente bastantes- que tienen un denominador común en cuanto a la lucha contra la corrupción se refiere; la impostura y la falsedad, o el cinismo con el que se refieren a “su corrupción” y cómo ven la de “los demás partidos”.
Pero una cosa es criticar la situación de los demás y otra bastante más grave, es sacudir hasta hacer tambalear un poder institucional, con el único objetivo de sacar pecho y como mucho, hacerse notar. Ciudadanos en el caso de Murcia -extensible a todo el Estado- juega esta baza: hacerse notar, bajo el pretexto de que el investigado Pedro Antonio Sánchez, presidente de la Comunidad de Murcia, debe dimitir por estar investigado en otra querella presentada una vez más, por el PSOE.
Cuando Ciudadanos firmó un pacto con el PP apoyando la investidura de Sánchez conocían esta problemática; sabía que este señor tenía ya 17 querellas archivadas, sabía que estaba flotando en el ambiente el caso Auditorio, que es precisamente por lo que el lunes fue a declarar como investigado. Por tanto, lo que no pueden decir ahora, como en un repente, es justificarse como: “no podemos confiar en este señor como Presidente, porque nos hemos dado cuenta, de que es muy querellable”. No, Ciudadanos ya conocía de sobra el paño, como para poner ahora cara de sorprendidos.

Aunque no lo han dicho, el tema podría estar en lo siguiente: hoy se tienen que reunir, Ciudadanos y PP para hablar sobre el punto 6 del acuerdo de investidura, en el cual figura que se hará una Comisión de Investigación parlamentaria sobre la presunta corrupción del PP.

Entiendo que en su afán presionador, repito, para hacerse notar y no quedar como la muleta del PP, se les ha ido la mano y ahora ya no pueden recogerla, sin poner al descubierto esta maniobra que nada aporta a la gobernabilidad de la región, ni a la del Estado.

Es verdad que no sabemos, que puede ocurrir con el presidente Sánchez, pero todo apunta a que hay algo. Me lo parece, porque no es muy normal, o al menos no me lo parece, que cuando le pregunten en el Juzgado, diga que si acaso hay algún error, es culpa de los técnicos.

Por descontado, que Ciudadanos no usa la misma vara de medir comportamientos en Murcia, que en la Junta de Andalucía y no digamos ya, que en Granada.
Lo que posiblemente no tuvieron en cuenta al plantear la estrategia con el caso de Murcia, es que de la misma se pueden derivar consecuencias con las que no contaban; seguramente ellos tienen motivos para creer, que el presidente acabará siendo juzgado, pero también puede ocurrir, que el expediente judicial acabe archivado, en este caso, el papelón que habrá hecho Ciudadanos, superará el ridículo, de la misma manera que si el presidente acaba siendo juzgado pueden tener rédito electoral.

Pero habría una tercera posibilidad; que el presidente en una huida hacia adelante, decidiera convocar elecciones anticipadas. En este caso se podrían encontrar con unos resultados electorales muy parecidos. Ya no digamos y ahí quería llegar, si se diera el caso de que en el mismo plazo en que se convocan elecciones, se archivara el caso; la merma de votos que podría recibir Ciudadanos como correctivo podría ser considerable y más, cuando además existe la posibilidad de que en este caso, estos votos fueran a parar al PP. Vaya, que habrían hecho un pan como unas tortas.

En este país ha perdido todo su sentido, la tan cacareada presunción de inocencia, cuando se asimila inmediatamente y de forma sistemática, a cuasi seguridad de corrupción política. Y en el caso de Murcia, como en el de otros muchos, toda esta reacción dura contra el presidente -que repito, tiene pinta de acabar siendo juzgado- se hace en base a cambiar su presunción de inocencia por la de presunto corrupto, pero eso sí, presentándolo todo como una lucha contra la corrupción, como si no fuera también una corrupción política, el cambiarle ya sea implícitamente, un concepto por otro. Machacar a un político sin motivo probado, sea del color que fuere, simplemente para obtener un cierto rédito electoral, no me parece ni ético ni moral.
En estos casos y en otros muchos que hemos visto, ya sea porque la acusación no ha conseguido probar lo que denunciaba, o porque no había nada, ha tenido como consecuencia, que el presunto corrupto ha sido arrastrado por el barrizal que supone la pena de telediario, omitiendo la presunción de inocencia. En estos casos, convendremos que la presunción de inocencia sólo existe en el Código Penal. Es algo que me parece una atrocidad en un Estado de derecho. Bueno, si lo que se pretende es funcionar como un Estado de derecho.

Mijail

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