martes, 14 de febrero de 2017
Diario de a bordo
Acumulación de congresos; esto pinta cambios
Se
nos acumulan los congresos. ¿Y cómo es eso? Pues sencillo: Iglesias contraprogramó
el congreso de Podemos para el mismo día que el del PP, con la esperanza de que
haciéndolo de esta manera, habría una atención mediática repartida, con lo cual
sería más difícil que se publicaran todos los “acontecimientos” que pasara en
su congreso, que preveía movido; sin duda se debió acordar del movido “comité
federal” de octubre, en el PSOE.
Hemos
tenido pues, un fin de semana de congresos: uno, el del PP aburrido y
tranquilo, aunque con un pequeño sobresaltito cospedalense y por tanto, con
poco interés noticiable. Y otro, el de Podemos, muy movido, con una visible lucha
interna entre dos sectores enfrentados por el dominio grupal. Con espontáneo en
el estrado y reproche público gritado incluido, como no podía ser menos.
Desde
hacía días, el congreso del PP se intuía como de resultado previsible, mientras
el de Podemos se preveía como incierto e incluso sorpresivo.
Dicen
algunos analistas, que la baja participación en las votaciones podemitas, ha
aupado a Iglesias con un 60% de los votos, mientras su oponente Errejón se ha
tenido que conformar con un 40%. Lo que no se puede negar, es que la baja participación
en las votaciones, deriva de un bajo interés o por lo menos, de un desinterés.
Sea como fuere, una baja participación de los militantes, significa que en
general quienes votan, suelen ser los más radicales.
Iglesias,
que es un experto en manipular la realidad, se presentó días antes del
congreso, poniendo a los militantes ante la tesitura de votarle a él, o
perderle para siempre como caudillo. O yo, o ya os arreglaréis.
Otra
treta que utilizó Iglesias, fue el mensaje de que Errejón es un peligro para la
unidad del grupo. Una falacia más, puesto que el grupo estaba y sigue dividido;
lo prueba lo ajustado del resultado en la votación.
Me
pregunto qué hubiera ocurrido, si por el contrario hubiera habido más
participación votacional y ambos líderes hubieran conseguido un 50%? ¿De qué
estarían hablando hoy los analistas? En
este supuesto nos dicen, continuaría la inestabilidad en el grupo y la
situación continuaría siendo perjudicial para Podemos. Sin embargo, nos quieren
hacer creer que todo está ya solucionado, cuando este es un análisis
equivocado, o por lo menos a mí me lo parece:
En
un primer momento, no hay nadie más contento con el resultado congresual de
Podemos que el PSOE, quienes dicen que convertir a Unidos-Podemos en una
Izquierda Unida-2, les deja el campo libre para relanzar su mensaje de
izquierda moderada, frente a otra opción “más radical”. Una situación favorable
para el PSOE, según dicen, que no se hubiera dado con un resultado igualado por
parte de ambos sectores podemitas.
¿Pero
qué puede hacer ahora Errejón? Creo que algunas de las posibilidades que tiene
son: o retirarse discretamente a un segundo plano y acatar todas las decisiones
del caudillo Iglesias, cosa que ya ha demostrado no es de su agrado, o fundar
otro partido, posibilidad que sería muy bien recibida por sus partidarios, quienes
desde hace tiempo coinciden básicamente en no aguantar ya a Iglesias. Este
segundo supuesto, contaría con un acercamiento inmediato al PSOE de Pedro
Sánchez, lo cual complicaría nuevamente las cosas para el partido socialista,
que se vería bullir de nuevo con el peligro de una escisión. Desde hace tiempo -es
una opinión- entiendo que ambos grupos, es decir la parte errejonista de
Podemos y la parte pedrista del PSOE, se consideran a si mismos como
políticamente coincidentes, es como si ambos grupos sintieran una especie de
amor platónico político mutuo.
Este
ha sido un congreso importante para Podemos, puesto que el Podemos del 15-M, el
del amplio consenso ciudadano, el del “aquí se aceptan todas las propuestas en
favor de los ciudadanos”, el del “todo el mundo es bueno”, el de los besos en
la boca con otros diputados, ha pasado a un Podemos tosco y agresivo, que se
agarra al poder, visual y públicamente dividido en dos, saliendo de un congreso
crucial para ellos, pero que también puede influir negativamente en un PSOE
desestabilizado internamente.
Aparte
de todo este carajal, parece que mal pinta para una doña Susana Díaz, que por
otra parte sólo tiene una propuesta: “Conseguir
lo mejor para el partido”. Sí, pero olvida que, en todo caso, debe
“conseguir lo mejor” para los ciudadanos, para los votantes. Y es la
contradicción que se ve últimamente en Andalucía. Ahí está el detalle.
La
pregunta de verdad interesante a estas alturas del guion es: ¿Los cinco
millones de votos que obtuvieron los podemitas en las pasadas elecciones,
aguantarán intactos esta escisión grupal? Si la aguantan, bien, pero si no la
aguantan y los votos menguan, resultará que con este congreso habrán hecho un
pan como unas tortas y lo que es peor, puede que las tortas sean repartidas.
Mijail
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