martes, 3 de enero de 2017
El Confidente
Europa en la encrucijada
El próximo
mes de mayo, se cumplirán 60 años de la firma del Tratado de Roma, donde de
forma embrionaria se comenzó a gestar la actual Unión Europea. Al margen de la
fecha, nos asiste la misma certidumbre, tanto de que no ha sido fácil aunar una
Unión oficial, como de que actualmente esta Unión se enfrenta a serias
dificultades políticas; estamos en una situación de estancamiento político, que
puede acabar corroyendo los pilares de la Unión Europea.
La victoria
de Donald Trump en EEUU, hacía presagiar que de alguna manera, Europa podía
contagiarse del virus populista en próximas elecciones. Hasta este punto llega
la inseguridad o la poca confianza, en el comportamiento electoral de algunos
políticos europeos, incluso hasta el punto de no calibrar de manera realista el
resultado electoral norteamericano, donde el mayor porcentaje de votos los
obtuvo el partido Demócrata, pero fruto de la ley electoral, obtuvo la mayoría
de diputados Trump. Además, es muy posible que muchos de los votos de Trump, en
realidad sean de castigo a la política de Obama.
De todas
maneras, para saber si Trump sería un referente a groso modo, no tuvimos que
esperar mucho. El día 4 de diciembre hubo elecciones en Austria, donde ganó las
elecciones Alexander van der Bellen con el partido Verdes Austríacos, frente a
su oponente de derecha radical Norbert Hofer.
En Italia
hace 15 años que se votó al último primer ministro, Berlusconi; los siguientes
primeros ministros han sido votados parlamentariamente. El último en abandonar
el cargo, Matteo Renzi, tuvo que dimitir porque perdió un referéndum de reforma
constitucional. Y siendo cierto que esta inestabilidad podría alimentar
electoralmente al Movimiento Cinco Estrellas y a la Liga Norte, ambos partidos
coinciden en ser euroescépticos y contrarios a la inmigración. Sin embargo, no
parece que si gobiernan pudieran tener demasiada libertad de movimiento
político: por una parte están las exigencias de la UE y por otra está el grave
problema económico que padece el país, con un sistema financiero lastrado por
unos 360.000 millones de euros en créditos dudosos, además del imponente
agujero del Monte dei Paschi, circunstancias que sumadas, pueden hacer subir la
prima de riesgo italiana.
Si no
cambian las cosas, está previsto que la próxima batalla electoral entre
partidos clásicos y populistas, se dé en Francia al llegar la primavera. Es
casi seguro que los socialistas no pasarán a la segunda vuelta electoral, que
deberá dilucidarse entre Fillon o Le Pen, entre un nacionalista y una
ultranacionalista, por tanto euroescéptica y anti inmigración.
Queda por
ver, como afrontará Reino Unido el brexit, una situación que la primera
ministra, Theresa May, dice tener controlada pero que sin embargo, se dan
demasiadas condiciones como para pensar, que ni tan siquiera sabe por dónde va
a comenzar el proceso de separación de la UE. No olvidemos que esta fue una decisión que
ganó por no muchos votos, la posición anti emigración.
Ante este
panorama, llama la atención cuando vemos como en España, el considerado partido
populista por excelencia, Podemos, es también euroescéptico pero contrariamente
a todos los demás partidos populistas, es totalmente favorable a la
inmigración.
Seguramente
han sido muchos los errores que ha cometido la UE como tal, de los cuales
parece sobresalir el imponer de una forma un tanto autoritaria, unas fórmulas
económicas duras y hasta puede que
necesarias, pero sin haber hecho antes, una previa, buena y amplia labor de pedagogía ciudadana.
Los
políticos europeos están muy ocupados en sus cosas domésticas encaminadas a
luchar contra el populismo, como para darse cuenta, que hace falta repensar
Europa.
Hace poco que
el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, estuvo de visita en
Madrid, donde nos dejó un análisis acertadísimo: “lo peor del momento que estamos viviendo, es que los grandes partidos
imitan a los populistas”.
Etiquetas: europenlencrucijad
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