miércoles, 28 de diciembre de 2016

El Confidente


Labor de prevención; una asignatura pendiente para la policía alemana

A diez días del desgraciado atentado en Berlín, donde un camión arrolló a un grupo de personas que estaban presentes en un mercadillo navideño, con un saldo de 12 muertos y 50 heridos. Teniendo prácticamente la certeza sobre la autoría, persisten aún una serie de sombras en el esclarecimiento de los hechos.

Desde un primer momento, la hipótesis sobre la que se movía la policía alemana, es que podía tratarse de un ataque terrorista. Según testigos presenciales, habiendo arrollado a los presentes en un mercadillo con un camión, en un recorrido en zigzag, el conductor saltó de la cabina del camión y huyó echando a correr. Dentro de la cabina apareció al que luego se confirmaría como el auténtico conductor del camión, que habría sido asesinado según la autopsia, unas horas antes con un disparo en la cabeza.
Dentro de la cabina del camión, la policía encontró un documento a nombre de un ciudadano tunecino, Anis Amri, de 24 años; era un certificado alemán por el que se toleraba la permanencia de un extranjero en el país, pese a habérsele denegado la obtención de asilo como refugiado.

Pocos días después, la policía italiana de Milán intentó identificarle en un control, a lo cual Amri contestó disparándoles, hasta que la policía consiguió abatirle.

Los servicios de seguridad alemanes, tenían identificado al tunecino y calificado como elemento peligroso, al saber que estaba en contacto con redes islamistas. También sabían que el tunecino había sido condenado en Túnez a una pena de cinco años de cárcel por robo con violencia.
Sabían que había sido detenido en agosto cerca de la frontera con Italia portando documentación falsa, si bien un juez ordenó su puesta en libertad, cuando pesaba sobre él una orden de deportación desde el mes de junio.  
La BBC citando fuentes judiciales, informó de que Amri habría estado en vigilancia policial entre marzo y septiembre, al tener indicios la policía, de que estaría planeando un robo, con el fruto del cual pretendía comprar armas automáticas.

Por todos sus antecedentes, Alemania negó la solicitud de asilo de Anis Amri, dictando una orden de deportación del mismo, con efecto desde el mes de junio. A pesar de todo y por lo que se ve, el tunecino se pudo mover por Alemania libremente.

No cabe ninguna duda, sobre la contundencia de la policía alemana cuando actúa; cosa distinta es su labor de prevención que en esta ocasión al menos, ha quedado bastante menoscabada.

Es cierto también, que parte de la responsabilidad cae en la coordinación que debería existir entre la Agencia Antiterrorista alemana, la policía y el estamento judicial.


En todo caso, es un incidente que puede menoscabar mucho, la popularidad que había vuelto a recuperar, la canciller Merkel, de cara  a las elecciones del próximo año. 

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