lunes, 14 de noviembre de 2016
El confidente
Encuestas: son información o
herramienta?
En estos últimos
años, hemos visto como en nuestro país las encuestas electorales han resultado
ser tan poco certeras, que parecían haberse confeccionado en la tertulia de un
café. Pero estas predicciones tan poco acertadas se han dado también en otros
países en el último año: quedamos poco menos que en estado de shock, con el Brexit de Reino Unido, con el NO al
plebiscito colombiano y ahora con la elección de Trump; en todos estos casos
hemos visto, como habiéndose predicho lo que no podía pasar, ha acabado
pasando.
Es cierto que
cuando se confeccionan encuestas se parte de una apreciación de probabilidades
y que esta singularidad se encuentra encerrada en un algoritmo informático,
pero el no hacer diana en las predicciones, puede devenir de un factor erróneo
en ése algoritmo, de un empeño ciudadano por mentir sistemáticamente cuando se es
encuestado, o también y por qué no, de una manipulación interesada de los
resultados. Incluso, de una combinación de los tres factores.
Existe una vieja
teoría manipuladora, según la cual, tergiversando los resultados de las
encuestas, se confortaba a los electores, se podría influir en la voluntad de
algunos indecisos. Como decía cierto político: “Si las encuestas dicen que subimos en votos, subiremos de votos”.
Las encuestas
indican unos resultados, pero al final resulta que no es así: hay electores que
imaginan distinto y ven distinto, unos electores en los cuales no se puede
influir con una herramienta direccionista, cual puede ser aconsejar el voto por
simpatía, desde la predicción de “una voluntad
mayoritaria”. También puede efectivamente suceder como dicen algunos, que los
encuestados al verse conminados a confesar su voto con antelación, se sientan
violentados de alguna manera y decidan engañar en sus respuestas, es lo que
llaman “voto oculto”.
La semana anterior
e incluso en esta, los medios de información han publicado cantidad de
artículos, algunos intentando explicar, por qué se equivocaron las encuestas en
las elecciones de EEUU. Sin embargo en algún periódico estadounidense la predicción
venía siendo clara y nítida; “En algunos
estados puede ganar Trump, porque ha conseguido atraer a los blancos de clase
media y ello le da una gran fortaleza”.
Ni conseguiremos
averiguar si ante estas elecciones se usaban las encuestas en forma de
herramienta, o si simplemente se atendía a confortar la posibilidad que
contemplaba el sector “bien pensante”. Lo que no puede negarse, es que no se
leyó con objetividad el detalle de la situación.
De la cantidad de
teorías que se están publicando, me quedo con una que me podría parecer
verosímil: los dos partidos, demócrata y republicano, tenían encuestas previas fiables
que indicaban cómo un buen porcentaje de votantes estaban muy quejosos de sus
acciones de gobierno. Ambos partidos podían ignorar este parámetro o no.
El partido
republicano para salvar este escollo e intentar ganar las elecciones (no
olvidemos que tienen mayoría en el Senado y en el Congreso, circunstancia nada
común), habría ideado una estrategia: poner de candidato a un outsaider, es lo que ellos llaman forastero cual es Trump,
puesto que no es militante del partido. El candidato para llamar mucho la
atención y que se hable de él continuamente, escenificaría ante la televisión
llamativas escenas, algo que a Trump no le supondría ningún esfuerzo dado su
pasado televisivo. Ante las barbaridades que decía el candidato, el partido
haciéndose el ofendido, le retiraría públicamente su apoyo con objeto de
transmitir a los votantes, la imagen de que votando a Trump votaban solo a
Trump y no lo hacían al partido.
Claro que cuando
Trump gana las elecciones por tanta mayoría, las gana también el partido,
mientras y durante la campaña electoral, las encuestas habrían tranquilizado a
los electores que temían a Trump.
Curiosamente ahora,
que el partido republicano tiene mayoría en las dos Cámaras, las personas
influyentes del partido que tanto han criticado a Trump por sus ocurrencias, han
dejado de criticarle.
¿Qué ocurre, han
cambiado de opinión, o es que simplemente se ha acabado la función y se ha bajado el telón?
Etiquetas: encuestinforherramt
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