viernes, 23 de septiembre de 2016
El Confidente
Buscando la verdad bajo los escombros del 11-S
El poder
estadounidense con ser mucho, puede vencer a ejércitos rivales, pero no
consigue convencer a sus propios ciudadanos de según qué versiones oficiales.
Se sabe desde hace muchos años, que los estadounidenses no creyeron la verdad
oficial sobre el asesinato de Kennedy.
Ahora que se acaban
de cumplir 15 años de los atentados del 11-S, sabemos que tampoco creen la
versión oficial, tal y como ocurre en España, donde existen dudas sobre la
versión oficial sobre el 11-M.
Ocurre, que las
versiones oficiales sobre acontecimientos históricos vienen siendo puestas en
duda por muchos ciudadanos cuando estas muestran incoherencias. Y no se trata
de buscar especulaciones conspiranoicas, sino de un ejercicio o búsqueda de la
verdad, partiendo de una desconfianza que no hace sino aumentar el desprestigio
de ciertas instituciones.
A Mike Berger,
coordinador del movimiento “911Truth”
que busca la verdad sobre los atentados, se le preguntó si existen motivos
objetivos, para dudar de la versión oficial:
“Antes
del 11-S ningún edificio con armazón de acero se había colapsado debido a un
incendio. Sin embargo el 11-S se vinieron abajo tres rascacielos del complejo
del World Trade Center, y todos mostraron señales de haber sido destruidos por
un proceso de demolición controlada. Hasta las pruebas realizadas por
los laboratorios UL Labs mostraron que el acero del WTC (World Trade Center) no
perdió sus propiedades después de estar expuesto al fuego durante dos horas,
más tiempo que él que tardaron las torres en caerse".
De
hecho, el informe de NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología)
admite que puede explicar los eventos hasta el inicio del derrumbe de las
torres pero no puede explicar la mecánica del derrumbe en sí. Tampoco mencionan
estos informes oficiales la existencia de metal fundido entre los escombros.
Pero es que además el profesor Jones (catedrático de física de la universidad
de Brigham Young), realizó pruebas con tres muestras de acero sacadas de entre
los escombros de WTC, encontrando restos de sustancias que indican el uso de thermite,
un producto corrosivo que se utiliza para cortar el acero estructural en un
proceso de demolición controlada.
No se
entiende como un informe oficial de los hechos, no recoge que además de las dos
torres gemelas, también se vino abajo como ellas, otro rascacielos, el WTC7,
sin que ningún avión impactara con el edificio. Este edificio también fue
derruido a velocidad de caída libre y de manera simétrica sobre su propia base,
como las otras dos torres.
Si
además visualizamos a cámara lenta, una grabación que existe sobre la caída de
las torres, podemos apreciar como en los laterales se producen unas pequeñas
explosiones que van bajando hacia la base mientras el edificio mientras se
viene abajo, lo cual según expertos, indica que se trató de una demolición
controlada.
La
North American Aerospace Defence Command, es un cuerpo del ejército encargado de
defender de intrusos el espacio aéreo de EEUU, formando parte de su protocolo
principal, la salida inmediata de aviones caza para interceptar naves, que o
bien se han desviado de su ruta marcada o han entrado en el espacio aéreo sin
permiso. Su misión es interceptar dichos aparatos y para hacerlo, no precisan
autorización alguna, ni de la Casa Blanca ni del Secretario de Defensa.
Los
dos aviones que impactaron contra las torres gemelas se habían desviado de su
ruta previamente y no fueron interceptados, pero tampoco lo fue el avión que según
el informe oficial, se estrelló contra el Pentágono 1 hora y 20 minutos
después, cuando ya habían saltado las alarmas. Resulta increíble que estemos
ante un fallo de Defensa.
El FBI admitió en que esas fechas, disponían de
informaciones sobre probables atentados a aviones; en base a ello el Fiscal
General, John Ashcroft y a partir del 21 de julio de 2001, solo voló en aviones
alquilados (pagados con dinero público), pero no en aviones comerciales.
George Tenet, director de la CIA, declaró que en esas fechas
estaban en alerta roja, lo cual comunicaron al Congreso.
Resulta incomprensible por otra parte, que la versión
oficial señale a personas árabes como autores de haber estrellado los tres
aviones, cuando en las listas oficiales de pasajeros para ese día no aparece
ningún nombre árabe.
Ante todos estos
indicios es lógico hacerse preguntas: ¿Hay motivos para que dudemos de la
versión oficial? ¿Es que acaso el polvo generado por el derrumbe de las torres,
esconde alguna terrible verdad bajo los escombros?
Mike Berger piensa
que: “El gobierno sabía de antemano que se iban
a llevar a cabo los atentados del 11-S. Aunque altos cargos de la
administración Bush han dicho que habrían hecho
todo lo posible para evitarlos si hubieran tenido noticia de los ataques”.
De
ser cierta esta hipótesis y teniendo en cuenta que allí perecieron casi 3.000
personas, cabría hacerse una pregunta terrible: ¿Por
qué se permitió este asesinato masivo?
Etiquetas: buscverdesc11s
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