jueves, 15 de septiembre de 2016

Diario de a bordo


La legislatura del miedo (2)

Después de la segunda investidura fallida con Rajoy y teniendo por seguro, que la política es una conspiración permanente, muchos temen que Sánchez busque la alianza con Podemos, como ya lo intentó en la primera investidura.
Si mis informaciones son ciertas, en la primera investidura fallida que debía ser apoyada por Podemos, Sánchez le insinuó al podemita que lo colocaría como subalterno al gobierno, las cosas se complicaron en ése momento, cuando Iglesias contestó que en realidad, el subalterno debía ser Sánchez. Y es que en estos asuntos de “alta política” suelen tener mucho peso las relaciones personales.
Luego esta alianza de gobierno parece difícil de soldar, pero dado el grado de desesperación en que se encuentra el líder socialista ante su propio futuro, todo es posible; ya lo ha hecho en otras instituciones (acaba de explicar su posible pacto con Podemos en Galicia). Aunque otra cosa puede ser, el resultado de un gobierno con dos gallos juntos, el del PSOE y el de Podemos. Me da que este caso concreto, un gobierno de los del No, con los Podemos, en poco tiempo sumaría NO-PODEMOS.

Por el momento la opinión pública empieza a percibir como absurda y no convincentemente explicada la postura negativa de Sánchez, máxime cuando no presenta ninguna alternativa, sólo el no y no sin solución, pudiendo acabar pasando a la historia, como un zumbado que incluso haría quedar bien a Zapatero, que ya es decir.
Por cierto, ¿Qué pensará un votante corriente, que vio en la campaña electoral, a Sánchez delante de un cartel rojo con el lema de campaña, que decía “Vota SÍ” y después de las elecciones ve al mismo candidato diciendo “Votamos NO”? ¿Lo entenderá el votante corriente?

La explicación al pertinaz y en apariencia absurdo NO, es muy simple: el PP ha gobernado el país durante cuatro años. Cuando comenzó a gobernar, el país estaba en la bancarrota que lo dejó el PSOE, hasta el punto de que muchos creímos inevitable que habría que pedir el rescate a la Unión Europea, tal como tuvo que hacerlo Grecia.
A costa de los sacrificios impuestos a los españoles, el PP ha conseguido que no haya que pedir el rescate y además está remontando un poco la economía del país. Si en estas condiciones –piensan-  el PSOE ayuda a formar gobierno, se ayuda al país pero también se ayuda al PP, porque si con ello la economía continúa mejorando, podemos tener gobierno del PP para muchos años. Y esto es lo que Sánchez quiere evitar. Esa es la “parte del NO”, que no puede explicar al electorado, puesto que si lo hace, estará diciendo que no apoya el que haya gobierno por puro interés partidista. Es el motivo para no querer negociar nada con Rajoy, poniendo tantas excusas absurdas y a veces contradictorias que nadie entiende. Todo esto lo saben perfectamente en el PP y le aprietan las tuercas con la gobernabilidad rechazada.
También es verdad que en una ocasión se le escapó a Sánchez aquello del “No podemos permitir otro gobierno del PP”.

La situación para Sánchez es muy complicada cuando él ha interiorizado que si apoya mal y si no apoya, mal también. Podría incluso acariciar una salida algo reparadora aunque difícil a tanta insensatez: convencer a otros partidos, para que presten diputados cada uno o se ausenten de la Cámara, con objeto de abstenerse en una próxima sesión para investir a Rajoy, con esto diluiría su responsabilidad de la situación sumando a otros en la misma. O veremos si el desesperado Sánchez, decide que lo mejor es ir a unas terceras elecciones, donde quien sabe si no cosecharía un mayor descalabro para su partido, cuando cuenta ya con una gran división electoral, al haber cambiado muchos de sus votantes a Podemos.

Reitero que esta anómala situación que zarandea el miedo es culpa de todos, si se quiere de unos más que de otros, pero Pedrito, majo, vaya la que estas liando!

Mijail

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