jueves, 25 de agosto de 2016
Diario de a bordo
Sánchez: un secretario
general breve
Los intentos de acuerdo para llegar a formar Gobierno en
España, son un sin cesar de escenificaciones por parte de partidos, que pueden
incidir en la investidura de un Presidente que forme gobierno. Es como una
continuación de la campaña electoral de 2015 y por si los electores pudieran
ser convocados nuevamente a una posible tercera repetición electoral. En ése supuesto,
dicen, el cabreo entre los votantes podría llegar hasta un nivel tal, que incluso
el PP podría conseguir mayoría absoluta, teniendo en cuenta que el PSOE se
encuentra desde hace años, falto de proyecto e inmerso en un
proceso de fraccionamiento y profundas contradicciones.
Si los acontecimientos sucedieran según estas previsiones, se
augura otra nueva caída electoral para el PSOE, lo cual podría llevar a que
perdiera la posición de segundo partido parlamentario, e incluso podría
llevarlo a la condición de partido marginal. Obviamente Pedro Sánchez, sería
removido de su cargo, al haberse incrementado dentro del partido, el número de
militantes que ya lo considera más amortizado que las zapatillas de Atila. Sánchez
huele a cargo chamuscado, cual ala de pollo olvidada en barbacoa agostera.
Después de haberse alcanzado un principio de acuerdo entre
Ciudadanos y PP -que veremos cómo acaba-, Sánchez se sigue manteniendo en su
conocida propuesta de “El No, es No”.
Si las previsiones se cumplieran todo indica que Pedro Sánchez quedaría
descatalogado como dirigente del partido.
Cada cual tiene su teoría: la mía es que el soñador Zapatero
con su política alocada, cosechó los pésimos resultados económicos por todos
conocidos, llevando al PSOE al borde del abismo electoral. En estas condiciones
era difícil que alguna persona sensata de valía, se ofreciera para ocupar el
cargo envenado de secretario general que dejaba Zapatero, por lo que se preveía
el nombramiento de un secretario general interino; un cargo con cero
perspectivas de lucirse, puesto que este secretariado llevaba como mochila adosada
la herencia del fracaso, pero es que además tenía que unificar y ordenar al
partido, en definitiva, un cargo para chamuscarse, sí o sí.
En estas, Pedro Sánchez vio su oportunidad para auparse como
secretario general, partiendo de la creencia íntima en que él era “superior” a
los demás.
El resultado a toda esta historieta, es que Sánchez está
ocupando el cargo de “tonto útil”, para aguantar cuantos fracasos e
imprecaciones hagan falta, todo en espera de que el partido empiece a remontar
electoralmente hablando. En las tres últimas elecciones el apoyo electoral al PSOE
no ha hecho más que menguar; cuando empiece a remontar, será el momento en que
el partido apartará a Sánchez como secretario “breve” para poner a otro
secretario general “no fracasado”, que podría ser desde los andaluces, Pérez
Tapias o Susana Díaz, a incluso algún otro tapado -lo más probable-, pero este
alguien tendrá en primer lugar, que unificar y ordenar el partido desde el
respeto a la ley y a las personas, cosa que ha descuidado el interino Sánchez,
quien aparece en unas fotos playeras con bañador verde y peinando un nuevo mechón
de canas en el flequillo, lo cual podría ser indicio de edad, pero también de
severas preocupaciones.
Todas estas previsiones se pueden cumplir, incluso una
última: que en el debate de investidura, unos cuantos diputados del PSOE se
ausenten o simplemente no comparezcan ése día en el Congreso, desoyendo la
disciplina de voto de Sánchez, con objeto de permitir que sea investido un Presidente
del PP; esto sería una muestra más de fraccionamiento, pero también de
desautorización a Sánchez, quizás la última.
Mijail
Etiquetas: sanchsecrebrev
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