lunes, 20 de junio de 2016

El Confidente


La solución está en la educación

La explosión de la crisis económica en 2008, puso en evidencia que los españoles carecían de cultura política; votar al desastroso Zapatero así lo certifica.
Habíamos salido de cuarenta años de dictadura, en los que en vez de ayudar a cultivarnos políticamente, solo se nos había permitido cultivarnos futbolísticamente. Y así vemos que gran número de personas son muy entendidas en materia futbolística, pero dan grandes muestras de analfabetismo político y esa es precisamente la palanca, que emplea el populismo, para levantar un partido que aúna muchos votos, aún cuando prácticamente todo lo que promete, sea irrealizable. Quizás el trasfondo de todo, sea un aunar el voto de venganza.
El Populismo se alimenta, de “lo que suena bien” en los oídos de los españoles, no de lo posible o realizable, sino de fantasías.

En general, los ciudadanos habían confiado más o menos en su clase política, hasta que la explosión de la crisis, levantó la cortina de lo que llaman “políticamente correcto” y entonces quedó a la vista de todos, las vergüenzas de la clase política.
El resultado de todo ello, es la gran crisis política e institucional que nos atenaza, pero la solución a los graves problemas ciudadanos, no vendrá de las promesas populistas, sino de la adaptación a las políticas europeas:
Si saliéramos de la zona euro, nos veríamos tan aislados como cualquier país tercermundista.
Si optamos por impagar la deuda, nos veríamos acorralados y desabastecidos, por lo menos como lo están ahora en Venezuela.
Si empezáramos a “pintar” o imprimir dinero sin respaldo bancario, como ha sugerido un relevante sindicalista ugetista, reconvertido a neo-populista, estaríamos en el país del Monopoly y por tanto, los demás países de nuestro entorno, retraerían sus operaciones comerciales con nosotros, pues nadie quiere cobrar sus ventas con dinero falso.
Si subimos aún más los impuestos como proponen, retraeremos aún más la actividad económica aunque los populistas digan lo contrario; eso es de libro.
Y por último, si dedicamos gran parte del presupuesto patrio a repartir un gran importe en subvenciones como proponen, este importe lo tendremos que detraer al capítulo de  partidas sociales, porque el resto del presupuesto, es para pagar la deuda más los intereses.

Este es el crucigrama de un programa populista, que nada resolverá en este país ni en ningún otro; véase a modo de ejemplo lo que ocurre en Venezuela o en Grecia.

Las causas de la crisis ya han estado suficientemente debatidas, pero lo que importa son las soluciones: solucionar el tema del paro, eliminar una corrupción en la política, que está mucho más extendida de lo que nos dicen y apuntalar el estado de bienestar. Todas las demás consideraciones, dimes y diretes, nombres de políticos, mayorías absolutas o no, sillones, privilegios y prebendas políticas sobran.

Lo triste es, que el pueblo español no pueda llegar a estas conclusiones por si mismo, al carecer de una cierta cultura política, o dicho en otras palabras, la solución al problema es la educación política. Como en otros muchos apartados, la solución está en la educación.

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