lunes, 9 de mayo de 2016

Diario de a bordo


Hay personajillos que no quieren tragar la medicina que recetan a los demás

Los Papeles de Panamá han sacudido el cotarro y de qué manera. Desde que aparecieron los listados de personajes  –que pueden tener problemas-  con fondos opacos en el paraíso fiscal panameño, sus protagonistas –tanto los señalados, como el paraíso fiscal- no han hecho más que preguntarse quién será el atrevido lenguaraz que ha extraído y pasado la información. Es decir, la vieja costumbre tan arraigada entre los pillados, de intentar matar al mensajero, en vez de dedicarse a demostrar eficazmente la falsedad de lo denunciado. El quid de la cuestión está en esclarecer si lo denunciado es verdadero o falso y no, con objeto de intentar desviar la noticia,  en averiguar quién se ha ido de la lengua.
En estas nos encontramos ante una información que publicó OK Diario, donde se dice nada menos que Pablo Iglesias, el líder de Podemos recibió un pago –quizás, una subvención- del gobierno bolivariano de Maduro, por un importe de 272.325 $, que fue ingresado en una cuenta del paraíso fiscal de las islas Granadinas en 2014.

Lo que aquí corresponde, es que Pablo Iglesias, de Podemos –de momento, no han podido- demuestre que ello no es cierto y con ello hunda si corresponde, el prestigio del periódico que publica la información en caso de ser falsa. Ocurre que todo se basa en documentación que maneja la policía en su investigación del caso, cuando además publican, que el presidente de la Cámara venezonala admite su autenticidad.

Me temo que aquí el médico, es decir, Pablo, Pablito, Pablete, se niega a tomar la propia medicina que receta para con sus pacientes; cuando se descubrió por ejemplo, entre los papeles de Panamá, que el entonces ministro Soria había tenido una cuenta opaca, a Pablo Iglesias le faltó tiempo para criticar la situación:

“Dimite Soria, Rajoy ni siquiera ha sido capaz de adelantarse. Deben explicarse, investigar y que se pague lo debido”
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) 15 de abril de 2016

Ahora sin embargo, cuando le pillan a él con el mismo pecado, no sólo amenaza con perseguir al mensajero –el periódico- sino que no dimite tal y como él pidió a Soria. Queda meridianamente claro, que ciertos personajillos usan dos varas de medir: una para mí y otra para los demás. Ése es su sentido de la justeza; son en definitiva, las dos varas de medir que traslucen el “todo vale” para auparse en el poder; en España ya hemos visto funcionar esta estrategia en otras ocasiones.

Pero las cosas empiezan a cambiar y se te pedirán explicaciones y dimisiones a ti también, Pablo Iglesias. La rabia y los nervios que intentas disimular no hacen sino demostrar que estás pillado; tu hacías lo mismo que Soria. Lo que se dilucida aquí son los hechos -a ver si te enteras- y no las paparruchadas que nos puedas explicar delante de un micrófono.

Por ello y algunas cosas más por todos conocidas, creo que tendrás que abandonar el protagonismo que tanto te gusta en el mundillo político, para volverte a la universidad, quizás allí podrás seguir manipulando a cuantos mortales te quieran escuchar.
A día de hoy, no se ha cumplido tu predicción de que ibas a “asaltar  el cielo”, pero a tenor de las informaciones publicadas, parece que a lo que sí te has dedicado, es a saltar sobre un paraíso fiscal.
                                      
Así pues:
“Dimite Pablo Iglesias. Debes explicarte, deben investigar y que se pague lo debido”.

Mijail

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