jueves, 24 de marzo de 2016

El Confidente


El debate del temor en Europa

Los atentados terroristas de Bruselas, no son sino la continuación de los de Paris (en enero y noviembre de 2015), o de los de marzo de 2004 en Madrid. Son distintos capítulos de un mismo relato, escrito con sangre de europeos, que no cometieron mayor delito que el de hallarse ese día, a esa hora y en ese lugar. Los terroristas planearon y ejecutaron la violencia a ciegas, sobre europeos a los que ni siquiera conocían. Esa es precisamente el arma del terrorismo islámico, difundir el temor en Europa de que su violencia nos puede alcanzar a cualquiera.

El debate hace tiempo que está encendido entre los europeos y los recientes atentados de Bruselas no hacen más que avivarlo. Considerar que Bélgica es policialmente hablando, un país mal equipado para combatir al terrorismo, tanto por falta de recursos como experiencia y falta de entendimiento entre las policías de las administraciones valonas y flamencas, no justifica nada. Aunque también podría minusvalorarse a la policía española, por no enterarse de la preparación de los atentados del 11-M.

Alguien ha recordado con cierta acidez, cuando Bélgica se negaba a extraditar etarras a España.
En definitiva, siempre habíamos oído hablar de la tranquila Bélgica, pero ya no.

Crece el temor entre los europeos ante tanta barbarie que contemplan individualmente con un gran sentimiento, mezcla de incomprensión, rechazo e impotencia. Ante ello se suscitan dos tipos de planteamientos: el primero es partidario de apoyarse en la pregunta pública, que hace el ministro francés Valls, sobre hasta cuándo soportaremos los europeos estos ataques sin responder a los mismos con la misma contundencia.
El segundo planteamiento no va en esa dirección y quizás sea más político; parte de la premisa según la cual, el Estado Islámico es consciente de que las democracias europeas no dejarán de serlo por sus atentados y su objetivo no sería otro que intentar provocar una reacción desmesurada que acabe por enfrentarles entre ellos y debilitarles. Vendría a ser como un debilitador de la unión europea. Mientras dicen, habrán más atentados, pero al terrorismo se le derrota con inteligencia y trabajo policial.

En todo caso lo esencial, es analizar los problemas desde un punto de vista lo más objetivo posible; el Estado Islámico no es una amenaza para Europa, aunque los europeos podamos sentirnos amenazados. El Estado Islámico tiene su centro en Siria, pero está perdiendo la guerra tanto en Siria como en Irak, cuando sus fuerzas armadas no son capaces siquiera de triunfar en una guerra contra los milicianos de dos estados fallidos.
Los atentados terroristas no son en absoluto una muestra de fortaleza, sino un signo de debilidad; cuando se recurre a este tipo de ataques indiscriminados, significa que no se tiene capacidad armada para otro tipo de acciones. Se agazapan detrás del factor sorpresa, porque saben que actuando de frente, serían eliminados al momento y no tendrían ocasión de atentar.

Las dos soluciones al problema tienen sus motivos y sus porqués; las dos son respetables y legítimas dentro de la condición humana.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, acaba de abrir ahora otra vía: crear una Agencia de Inteligencia Europea común. Una propuesta que ha sufrido de momento el rechazo de algunos países que se sienten celosos de su soberanía, cuando no fueron tan mirados para aceptar una unión monetaria, quien sabe si la acumulación de atentados no les hará cambiar de opinión, claro que ello supone, el tener que asistir a unos cuantos entierros más.

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