viernes, 18 de marzo de 2016

Diario de a bordo


“¡Anda, la cartera!” 

En 1962, la familia leridana Panificadora Costafreda y la familia Rivera fundaron Panrico, más conocida después por Panrico-Donuts. Con los donuts como producto estrella, Panrico comenzó a vender bollería a gran escala; fue famoso en su tiempo su eslogan publicitario: “¡Anda, la cartera! ¡Anda, los donuts!”. Después amplió su oferta con Bollycao a la cual fue añadiendo más productos, siempre referidos a venta de pan envasado o bollería.

El negocio se empezó a torcer y en 2005 después de muchas dificultades en forma de deudas y amenazas de cerrar las fábricas de España y Portugal, la familia Costafreda vendió sus acciones a la empresa Apax Partners que actuaba como Oaktree.
En junio de 2015, se firma un acuerdo de venta con la mexicana Bimbo, quien adquiría todas las acciones y con ello las marcas Donuts, Bollycao, Silueta, Bimbo, Martínez y Ortiz.

En todo este período de dificultades, los conflictos laborales han sido numerosos, el último de los cuales ha llegado al Tribunal Supremo, ya que Panrico ha recurrido a este tribunal, una sentencia que le condena a seguir pagando “mordidas” al sindicato CCOO, concretamente Panrico ha sido condenado a pagar 103.807 € por haber incurrido en: “daños patrimoniales y morales por lesión del derecho fundamental de libertad sindical”, de los cuales 98.485 € corresponderían a la Federación Agroalimentaria de CCOO y 5.315 € a un liberado sindical.
El responsable de CCOO, niega haber percibido ninguna “mordida” y considera los pagos como un derecho reconocido, pero parece probado que CCOO recibió pagos (también UGT) desde 2007; precisamente lo que denunció ante la justicia, es que la empresa cortara los pagos comprometidos a sus secciones sindicales, por asesoramiento y negociación colectiva. De hecho la Audiencia Nacional considera probado, que percibieron pagos de la empresa entre los 12.000 y 30.000 € anuales.
Según considera Panrico, el sindicato no cumplió el compromiso de mantener la paz social, antes bien, mantuvo “una constante oposición y actitud de enfrentamiento frente a decisiones adoptadas por la compañía”.

Pero el último apunte judicial referido a la sentencia de la AN, firmada por el magistrado de la Sala de lo Social, Ricardo Bodas Martín, antes de acceder a la plaza de juez, destacó por su labor como abogado laboralista de CCOO durante quince años. “¡Anda, la cartera!

No comparto la sentencia que obliga a mantener el pago de mordidas, pero al margen del sentido de la misma, me pregunto si este juez al conocer el expediente, no debía de haberse inhibido legalmente al tener vínculos históricos con la parte denunciante. Y si esto es así, por qué no se le lee la cartilla al juez?

Mijail

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