sábado, 26 de diciembre de 2015
Diario de a bordo
Caos postelectoral
De momento la frase más acertada que han dejado los
resultados electorales del 20-D es la de “país ingobernable”. Veremos si
andando el tiempo, se puede transmutar en semi gobernable, puesto que todo está
abierto. Bueno, todo, todo…no, algunas puertas se empiezan a cerrar y nadie se
atreve a predecir, que mostrarán cuando se reabran. Si es que se reabren.
En este momento y según Pedro Sánchez, él ha cerrado la
puerta a un pacto de Estado con el PP, si bien abre la posibilidad de establecerlo
con Podemos. Por su parte Rivera de C’s cierra la puerta a un pacto de gobierno
con Podemos.
El PP por su parte cierra la puerta a pactar con
independentistas y en ello le apoya el Rey con su discurso.
Luego ya hay algunos que empiezan a cerrar puertas.
El denominador común que tienen los mayores protagonistas
del baile postelectoral, son las dificultades a que se enfrentan no ya para un
posible pacto postelectoral, sino dentro de su propio partido.
Rajoy lastrado por un mal resultado electoral se ve
cuestionado por sus barones, que recriminan su gestión en privado.
Por su parte Sánchez es quien en este momento se ve más
cuestionado y se ve obligado a defender su liderazgo, cuando el PSOE ha sacado
el peor resultado electoral de su historia. Pedro Sánchez puede estar llegando
al final de su corto liderazgo dentro del partido –podría llegar a ser, Pedro
el efímero- , lastrado por los malos resultados electorales y su propuesta de
pactar con Podemos. Veremos que ocurre el próximo lunes, si dentro del Comité
federal, se reabre y vota nada menos que el liderazgo dentro del partido, un
acontecimiento para el que dicen está preparada la llamada “sultana andaluza”,
Susana Díaz, quien renunció a presentarse al cargo en 2014, pero hay fuentes
que dan por hecho que esta vez sí dará un paso al frente.
Díaz nunca ha escondido su poca afinidad con Sánchez, quien no hace más que repetir que a él lo puso la militancia. Sí, pero el Comité
federal le puede sacar. No sería la primera vez que esto ocurre.
Otros barones, Fernández Vara de Extremadura, García Page de
Castilla La Mancha y Ximo Puig de Valencia, también se oponen a pactar con
Podemos; Sánchez les recrimina que ellos en mayo, hicieran el mismo pacto. Pero
claro, fue con el impulso y el visto bueno de Sánchez. Unos pactos con los que ahora
han visto, el partido pierde votos a chorro.
Que Podemos sea o no, un nombre acertado depende de muchas
cosas. Veremos si podrán hacerse con el poder. De momento y como consecuencia
de ser un partido de aluvión ciudadano de todo tipo, empiezan a tener serios
problemas.
La seguridad con que habla Pablo Iglesias -experto
televisivo, por cierto- no se corresponde con la realidad. Y una cosa es la
realidad y otra el fingimiento o el teatro.
Podemos, tiene en este momento un serio problema de
desunión: el partido en Andalucía va a su aire, al igual que ocurre en otras
CCAA, cuando todas han exigido grupo parlamentario propio, porque no se fían de
las manipulaciones de Iglesias, ya que consideran que lleva el partido de una
forma personalista. Mucho se ha repetido, que Iglesias está copiando el modelo
venezolano de Chaves y parece que es verdad. Además, yo creo que Iglesias es un
personaje que copia y plagia a mansalva; veamos sino su famoso “Tic, Tac, Tic, Tac” a coro con los
asistentes, copiado de la película de Federico Fellini, “Amarcord”.
Queda al menos feo, dárselas de original cuando uno no lo es;
hay quien incluso le ha endosado un calificativo que no voy a reproducir.
Que en estas condiciones, unas nuevas elecciones den miedo a
estos dos partidos, siendo nada menos que el segundo y el tercero en escaños,
es un hecho.
En este país hasta ahora no se había castigado
electoralmente la corrupción, pero sí la desunión dentro de un partido y esta
circunstancia la escenifican en este momento el segundo y el tercero, es este otro
parámetro a tener en cuenta.
En este sentido, el segundo y el tercero en escaños, estarían
haciendo una campaña electoral negativa que podría beneficiar al primero y al
cuarto en unas nuevas elecciones.
El lio postelectoral está servido, pudiendo cambiar algunas
cosas y cobrarse también algunas víctimas. De todos modos, no queda bien que en la noche
electoral, todos los que han perdido digan que han ganado y que encima lo digan
con una sonrisa pintada en la cara. Queda muy feo y además queda muy mal en términos de credibilidad.
En todo caso, en términos de gobernabilidad que es lo
realmente importa, todo sigue abierto.
Mijail
Etiquetas: caospostelectoral
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