miércoles, 13 de mayo de 2015
Diario de a bordo
Nos
sobran bocazas en la política
El asunto de las elecciones andaluzas anticipadas, a la medida
de la trianera Susana Díaz, puede acabar generando tantos titulares de prensa como
la trama Gurtel.
Ocurre, que para ser un buen estratega, no es suficiente con
llamarse Díaz, como el Cid Campeador, sino que son necesarias otras cualidades,
de las que indudablemente Susana ha demostrado carecer.
¿Cuál es la causa del trampolinazo de Díaz, para encaramarse
a la presidencia de la Junta de Andalucía a dedo -no olvidemos que también intentó ser
secretaria general del partido, a dedo, por aclamación decía ella- ?
Pues sencillamente, que los dos anteriores presidentes,
Chaves y Griñán, tuvieron que abandonar la presidencia por piernas, al sentir
en su cogote el cálido aliento de la justicia por los casos ERES y Cursos de
Formación fraudulentos.
Hacía falta alguien con pocos complejos y arrojo, ante el
marrón que se avecinaba, y la única que levantó el dedo diciendo: yo estoy
dispuesta, fue Susana. Por eso el partido en Andalucía está con ella, porque se
necesita a alguien que no tema ponerse al frente de los problemas, para
intentar sacar al partido del atolladero.
Pero todo esto lo sabe muy bien Pedro Sánchez, el secretario
general del partido, quien por mucho que diga en favor de Díaz –en este momento
quedaría feo hacer lo contrario-, piensa que en la presidencia de la Junta,
hace falta alguien con más carisma y más empaque.
Pero está escrito que los ambiciosos nunca verán colmadas
sus ansias. Y Díaz además de ambicionar la presidencia de la Junta, ambiciona
también la secretaria general del partido. Por ambicionar que no quede.
La estrategia de Díaz, pasaba por asentarse en el despacho
de Tomás Gómez, en Callao, desde donde contando con otras dos federaciones, pensaba
intentar el asalto a Ferraz.
Sánchez que tiene eficaces informadores, ante esta movida
optó por dar un golpe de mano, cargándose con una explicación banal, a un Tomás
Gómez que pocos meses antes, le había apoyado -quizás interesadamente, que todo
cabe en estos lares- a encaramarse en el
pedestal de secretario general.
Díaz convocó elecciones anticipadas, seguramente mal
asesorada, creyendo que una victoria en Andalucía, le podría abrir el camino
hacia Ferraz.
Una vez más, el cuento de la lechera.
Díaz convocó temerariamente, aunque poco más tarde se diera cuenta
del error, pero ya no cabía rectificación posible.
La presidenta en funciones, ha conseguido los peores
resultados electorales del partido en estas autonómicas, por lo que este dato
resulta irrefutable. Susana puede achacar los malos resultados a muchos
factores externos, pero los resultados están ahí y lo que cuenta en unas
elecciones, son los resultados.
Díaz ha visto denegada su investidura por dos veces y
seguramente la verá denegada nuevamente el próximo jueves, ante lo cual y para
apartar la culpa de sí, ella ha iniciado otra estrategia, diciendo: “Esto empieza a rozar el ridículo”,
achacando a que Podemos y Ciudadanos hacen una pinza con el PP contra Andalucía,
que para decirlo todo, es el mismo planteamiento que en su día hacía Pujol; me
atacan a mí por el agujero de Banca Catalana, luego atacan a Cataluña.
Creo que en algo tiene razón la presidenta: la situación
empieza a rozar el ridículo, pero quien hace el ridículo no son los otros
grupos de la Cámara, sino ella.
En primer lugar, Podemos y Ciudadanos no hacen una pinza –si
es que la hacen- en contra de Andalucía, sino contra ella. Saben que Díaz no ha
sabido agradecer de ninguna manera, el apoyo recibido de IU para su primera
investidura. Han visto cual ha sido su forma de romper el pacto con IU y saben por
tanto, que no es de fiar, pero hay algo más: ellos exigen -y están en su derecho- una serie de condiciones para pactar con el
PSOE; que Chaves y Griñán desaparezcan de sus actuales cargos, entre otras
cosas. Pero pasan los días y Díaz no da ningún paso para colmar las exigencias
de los demás grupos del Parlamento, en consecuencia, todo sigue como el día 23
de marzo.
La realidad, es que Díaz no consigue el apoyo de PP, C’s,
IU, o de Podemos, por más que lo intenta. Otro problema para una candidata a
presidenta, es que no s capaz de ponerse de acuerdo con ninguno de los otros
cuatro grupos de la Cámara.
¿Qué dirá, si los otros cuatro grupos retorciendo la
demagogia, le exigen públicamente, que se ponga de acuerdo con ellos, por el
bien de Andalucía?
Ciertamente el
problema de Díaz para conseguir su investidura no está en los demás, el
problema está en ella misma. Con su decisión, ha resultado ser un buen
ejemplo de aquello que decían: ir a por lana y salir trasquilado.
Si tiene bemoles, les puede explicar ahora a los andaluces, que a ella le ha fallado la estrategia una y otra vez. Y que por tanto, no es una buena
candidata para presidir la Junta de Andalucía. Tener el don de la charlatanería
no es suficiente, hacen falta argumentos sensatos y sobre todo, hechos. Nos
sobran bocazas en la política.
Mijail
Etiquetas: nsobrnbocelpol
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