miércoles, 3 de diciembre de 2014

Diario de a bordo


El rey Arturo y la propuesta de su mesa redonda

El pasado martes, el president Mas presentó su “hoja de ruta” ante unas 2000 personas -dicen- en un local barcelonés donde creo sólo hay 745 butacas; todo un misterio. Claro que lo que no era ningún misterio, era la hoja de ruta explicada, que no ha sido otra que lo de siempre; raca-raca, raca-raca, raca-raca... Se repite como el ajo.
La propuesta de Mas es redonda, con objeto de que se retroalimente desde los cuatro costados con la independencia; todo empieza en la independencia y todo acaba en la independencia.

Dice Mas que sólo convocará elecciones anticipadas, si es para presentar una “lista ciudadana” que deja fuera a la mayoría de los hoy diputados por 18 meses, con un único punto, ir hacia la independencia y que quienes se presenten, no se podrán volver a presentar.
De sobra sabe que estas condiciones no serán fáciles de asumir por sus compis, incluyendo a su socio de gobierno en la sombra, ERC, Junqueras, quien no le aplaudió ni una sola vez. Pero la presentación de la hoja de ruta, sirve para mantener viva la gran propaganda. ¡Hala, otra vez el raca-raca….! 
Estoy convencido de que Mas no daría tanto la tabarra si Rajoy no fuera un pasota; si a cada sentencia de algún alto tribunal incumplida, en virtud del artículo 155 de la Constitución, se le hubiera retirado la competencia correspondiente.

El caso de Mas está siendo considerado como una anomalía que se produce en el sistema. Muchos comentaristas o analistas políticos –incluidos extranjeros-, lo tratan como si estuvieran viendo un país de locos.

De cualquier manera, no creo que la fiebre independentista de Mas, se la haya contagiado un fenómeno onírico en una siesta septembrina, como dice alguno. El independentismo es opinable, pero yo tengo para mí otro relato: Cuando Mas se presentó a las elecciones en 2010, no lo hizo como un independentista, sino como alguien preocupado por “el país” –según sus propias palabras-, es decir, empeñado en solucionar problemas generales o ciudadanos.
El gran cambio vino en 2012, cuando sorpresivamente, convoca elecciones anticipadas y de repente hace revivir un concepto amenazador que a modo de último recurso, hacía mucho tiempo tenía aletargado en CiU, cual es el derecho a decidir.
En ése momento es cuando se revela como un independentista que vivía agazapado tras un nacionalista. Un instante después, Pujol saca la cabeza para decir que él también lo es. Sí, pero él gobernó durante 23 años la Generalitat y nunca había hecho tal pronunciamiento.
¿Qué había pasado? Nadie lo ha explicado, pero uno lo puede intuir. Es lo que tiene la opacidad, que a falta de transparencia, cada cual puede imaginar lo que le sale.

Digamos que en cierta manera, la explicación puede tener dos vertientes: En primer lugar, las elecciones autonómicas de 2012, coinciden con la publicación de un bombazo en el diario El Mundo: el clan Pujol tendría 137 millones de euros opacos en Liechtenstein. Tiempo después aparecería que Mas también tenía 2,3 millones en las mismas.
Ya se sabe, que en las altas esferas de la política, la información llega mucho antes que a los ciudadanos de a pié, luego podría ser, que la motivación para dar un volantazo de tal calibre, fuera el conocimiento de que se estaban investigando las irregularidades o quien sabe sino delitos, de ambos. Por cierto, ambos se querellaron contra el diario, quien tuvo que presentar al juez las pruebas, ante las cuales el juez archivo la querella. ¡Vaya!

En segundo lugar figuraría el agravio: Desde siempre, el PP ha estado muy dolido con CiU, puesto que le ocupa el espacio electoral propio de la derecha en Cataluña.
El destino de los dineros del president y del ex president, parece que era algo conocido desde tiempos del gobierno de Felipe González; quienes lo ignorábamos, éramos los ciudadanos de a pié. Por tanto cabe dentro de lo posible, que el actual gobierno del PP, cansado de estar dolido, simplemente hubiera activado las investigaciones.

Ya me gustaría oír la grabación del encuentro entre Mas y Rajoy en la Moncloa; podría ser que me encontrara con algo así: “Mira Rajoy, Pujol y yo estamos muy cabreados por las investigaciones sobre nuestro dinero. Te propongo que rompas y tires toda esta documentación y te olvides de ello, porque si no lo haces, yo puedo pedir la independencia de Cataluña y te puedo montar allí, un pollo de tres pares de narices”. A lo que un flemático Rajoy podía haber respondido que no a la gallega: “Mira esto es una cosa que lleva la Justicia y el gobierno respeta las decisiones judiciales” –como suele decir-.

Como fuere que Rajoy se puso de perfil, Mas le ha montado el pollo. Claro que de ser cierto el relato, ninguno de los dos podría decirnos la verdad, por inconfesable; los dos habrían jugado un poco sucio y esto electoralmente hablando, queda muy feo.

Mas lleva dos años, sin ni tan siquiera intentar solucionar los problemas generales o ciudadanos, porque ha estado y estará, totalmente volcado en el presionador plan independentista.
Sigamos pues pasando el tiempo y avivando la propaganda, mientras los problemas ciudadanos se van pudriendo, mientras se mantiene las cadenas de televisión, las embajadas y no se clausuran las inservibles empresas públicas, ni se reducen los gastos parlamentarios.
La política de propuesta única, es pedir la independencia, pero no nos explican sus posibles consecuencias.

No es de extrañar que nos vean como un país de locos. No será tan difícil que con el tiempo, en Europa nos vean a los catalanes, como a unos locos radicales, desnortados.

Mijail

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