miércoles, 16 de julio de 2014

Col•laboradors


No me molesten mosquitos

Ha llegado el verano y con él sus molestos mosquitos, esos animalitos insaciables de sangre, que nos aguijonean sin piedad, para que luego tengamos que rascarnos sin descanso.
Los acribillados sufridores, siempre hemos buscado la forma de eliminar o esquivar a esos odiados insectos, cuando no, perseguirlos con nocturnidad a almohadazos, por nuestra habitación.

Hoy se sabe que los mosquitos, nos pican porque las hembras tienen que conseguir sangre de procedencia animal, para poner en marcha su ciclo reproductivo. Los mosquitos se ven atraídos por el olor corporal de los humanos, un olor que se potencia mediante la transpiración de la piel; cuanto más sudemos, mayor será la atracción que ejerceremos sobre estos insectos.
El olor a pies, es por consiguiente un buen reclamo para despertar el apetito de los mosquitos.

Aunque pueda parecer extraño, tienen una especie de sentido del olfato muy sofisticado, pues además de detectar el sudor, también detectan el dióxido de carbono que desprendemos al respirar, con lo cual nos localizan rápidamente y nos clavan un aguijonazo que después pica y pica.
Diferentes estudios coinciden en que les atrae ciertos componentes orgánicos que son inherentes a nuestro cuerpo como son los ácidos débiles carboxílicos, el amoníaco y sobre todo, el ácido láctico. En definitiva, son el metabolismo y la química de nuestro cuerpo, otras señales que guían al radar de estos insectos. Es posible que esta sea, la explicación por la que a algunas personas no les pican nunca.

Se sabe que los mosquitos suelen picar más a las personas que acumulan sudor de dos o más días, que a las que comienzan a transpirar desde hace unas horas. Por tanto una de las conclusiones puede ser, es conveniente ducharse todas las noches antes de irse a dormir.

Existen una serie de productos farmacéuticos que sirven para repeler a los mosquitos. También sabemos de algunos métodos repulsivos de mosquitos, totalmente naturales como puede ser una planta de salvia.
Otras plantas generan unas esencias que disuaden a estos insectos de posarse sobre nosotros, simplemente frotándolas contra nuestra piel, como pueden ser las hojas machadas del geranio antimosquitos y las esencias de eucalipto, comino, tomillo y canela.
Concretamente el aceite de eucaliptus da muy buenos resultados mezclándolo con el champú de baño.

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