viernes, 20 de junio de 2014

Diario de a bordo


Posible primer mal trago para el nuevo rey 
Ayer, día de la proclamación de Felipe VI como nuevo rey, todo fue un repartir saludos a mano alzada y sonrisas, sobre todo sonrisas. Unas sonrisas que se le pueden borrar de la cara, si el juez de instrucción de Palma, José Castro, hace público un auto de imputación para su hermana la infanta Cristina, por el asuntillo no menor, del caso Noos. Según dicen Felipe VI ha heredado la Corona, aunque yo diría que se trata de una herencia un poco envenenada, no?

El juez Castro inició la investigación del caso Noos, en julio de 2010, a raíz o como una derivada del caso Palma Arena. Lleva pues cuatro años de una instrucción, que puede acabar con el marido de la infanta, Iñaki Urdangarín, acusado de delitos de malversación, fraude, falsedad documental y blanqueo de capitales. Según la acusación particular, se podría llegar a pedir para él, nada menos que 26 años de prisión.
Si la acusación para la infanta se acaba materializando, podría ser acusada de fraude fiscal, blanqueo de capitales y cooperadora necesaria para los delitos fiscales de su marido y según dicen, se enfrentaría a una petición de 10 años de prisión.

Castro ha tenido toda clase de zancadillas en la instrucción del caso. En primer lugar tuvo muchas presiones para que Urdangarín no fuera imputado, pero Castro no se arrugó.
Cuando presentó un auto imputando a la infanta en abril del pasado año, toda la maquinaria de la Casa Real y adláteres, se pusieron en marcha en la misma dirección; por lo menos desinputar a la infanta. Tal fue la presión, que la Audiencia Provincial de Palma anuló esa imputación. Pero Castro siguió investigando y la Fiscalía presentó al juez y a la prensa –vaya, eso no es normal-, su oposición a que se incorporaran a la causa nuevos indicios. Y entonces, por qué los admiten cuando están instruyendo una causa por tráfico de drogas, por ejemplo?
Paralelamente, la prensa cercana a la Casa Real parece haber emprendido una campaña de desprestigio contra el juez. Vaya, eso es la tradición, lo que se suele hacer en este país, para intentar derribar a alguien, cuando se carecen de argumentos o razones.
También Hacienda cambió algunos de sus informes para evitar la imputación.
Veremos que se inventaran ahora, si es que Castro imputa finalmente a la infanta. Y podría darse el caso, porque según se ha sabido, Castro ya ha comunicado la desimputación a personas que finalmente no serán acusadas, pero no tengo noticias de que la infanta la haya recibido.

Ciertamente, para el rey y por tanto Jefe del Estado, cuyo cometido es arbitrar y ser ejemplar, debe ser un mal trago que su hermana, reciba un auto de procesamiento por presunto –o quizás no tan presunto- embolse ilícito de dinero público.

Sería una vergüenza para el nuevo rey, pero también una vergüenza para el país, que daría una imagen de bandolerismo de Sierra Morena institucionalizado. Vamos, que en Europa pueden pensar: La Familia Real española es la que debe dar ejemplo, pero si miembros de tal familia se comportan así, que no harán los demás que no tienen ese compromiso?

Si el nuevo rey se ve obligado a tragar ése mal trago, es probable que se acuerde de ello durante mucho tiempo, aunque también es posible que en su agenda particular, inserte un lema para tenerlo siempre muy presente y que dirá, ejemplaridad y seriedad. Y me pregunto: ¿Será la posibilidad de que la infanta sea acusada, uno de los motivos por los que el rey ha abdicado aprisa y corriendo, es decir, para proclamar al nuevo rey antes de cosechar más impopularidad?
   
Mijail               

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