jueves, 27 de marzo de 2014

Diario de a bordo


Ruz, un juez como para quitarse el sombrero

La investigación judicial del caso Gürtel sigue su curso, aunque no sin provocar algunos enfados a su instructor, el juez Ruz. Los enfados no son en modo alguno contra los investigados, tampoco lo son contra los empleados de su juzgado, sino con la desobediencia a la ley que observa en algunos bancos donde mantenían cuenta algunos de los investigados. Pero que no se altere el juez, que esa actitud es muy propia de nuestro país, donde se da la fea usanza, de que el poderoso está acostumbrado a que la justicia no pase por su casa. Y a mi entender, en el caso que nos ocupa, los grandes bancos  -que han absorbido a otros muchos-  forman parte de los poderosos.

El juez seguía la pista a unas cuentas bancarias relacionadamente sospechosas, cuando cansado ya de enviar requerimientos pidiendo copias documentales a Banco Sabadell y Bankinter, estos contestaban con el tan socorrido silencio administrativo que usan muchos de nuestros gobernantes cuando se les pregunta algo “inconveniente”  ¿Y a esto le llamamos democracia?

Lo que pasó al final, fue que el juez envío a la policía para registrar dos sucursales de estos dos bancos.
Estaba siguiendo la pista de una transferencia de 1,6 millones de euros, de la que ambos bancos tan sólo habían aportado inicialmente una sucesión de datos contradictorios.
Según la documentación aportada por Bankinter, esa transferencia era una “operación de extranjero”, sin embargo después el banco se da cuenta de que ha metido la zanca hasta el fondo, puesto que si hubiera entrado en la entidad esta transferencia desde el extranjero, y en virtud de la Ley Antiblanqueo, el banco tenía que alertar obligatoriamente al Banco de España. Y no lo hizo.

Fue en el pasado mes de septiembre, cuando rectificó diciendo haberse confundido, notificando que la transferencia se había producido entre dos cuentas radicadas en España.

Sin embargo, Fiscalía Anticorrupción encontró incongruencias entre estos datos, puesto que los 1,6 millones llegan a una cuenta en 2008, cuando los últimos movimientos facilitados  -en 2011- son del año 2005. Además dicen haber encontrado divergencias sobre la titularidad de la misma.

Hace poco, Ruz envío otros requerimientos a Bankia y al Popular y según dicen, este último está ahora en el punto de mira del juez, dado que investiga seis nuevas cuentas bajo sospecha: La Agencia Tributaria ha detectado estas cuentas que inicialmente estaban en Banco Pastor, absorbido ahora por el Popular. Son unas cuentas a nombre de dos titulares, un ciudadano español y otro argentino, de los que extrañamente, no existe rastro alguno en la Agencia Tributaria; nada, es como si nunca hubieran pasado por aquí?
La investigación sostiene, que por esas cuentas han pasado nada menos que 460 millones de euros y sospechan, que pueden estar relacionados con delitos fiscales o blanqueo de capitales.

Por este motivo, el juez envió la semana pasada, un auto reclamando al Popular los datos sobre los destinatarios de las millonarias transferencias que llenaron las seis cuentas sospechosas para él.

¿Accederá el Banco Popular, a remitir todos los datos solicitados por el juez, o este tendrá que firmar otra orden de registro bancario?

Una vez más me pregunto: cuándo llegará el momento de que en este país, los poderosos tengan que cumplir la ley como la tenemos que cumplir los demás? Es decir, si la Agencia Tributaria me requiere para que le documente alguna cantidad de la Declaración de Renta, tengo la obligación de aportarlo rápidamente y pobre de mí si no lo hago.
Ahora resulta que un juez pide datos a varios bancos en el entorno de una trama corrupta y los bancos se hacen el sueco. Esto y si me apuran, diré que este “hacerse el sueco” casi no lo hacen ya, ni los bancos suizos. ¿Cuándo acabará esta injusticia?

Mijail

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