martes, 18 de marzo de 2014

Diario de a bordo


Cual jugadores de ajedrez carentes de estrategia

La península de Crimea en pocos días ha organizado un referéndum al margen de la constitución ucraniana; más o menos lo que aquí nos propone Mas, sólo que el convergent desesperado no tiene la fuerza militar rusa y por tanto le falla un aval principal, el de la fuerza.
Pero Putin como presidente de quita y pon, cuenta con un ejército considerable, provisto además de armamento nuclear, no siendo persona que se ande con chiquitas, o al menos eso aseguran ciudadanos rusos, que confiesan temerle. Con los que he podido hablar, manifiestan su convicción de que están gobernando los mismos que cuando funcionaba la Unión Soviética y añaden: Putin suele eliminar a quien le pueda hacer sombra.  En estas condiciones, quién echará el freno a Putin, Obama, quizás?  Vamos, no me hagan reír. Ni Reagan, el peliculero se hubiera atrevido.

El referéndum con unos resultados oficiales del 96% a favor de unirse a Rusia, no es más que un puñetazo de Putin sobre la mesa, pero no serviría de nada si las fuerzas militares rusas no estuvieran ocupando el terreno; por decirlo en su cruda realidad, el referéndum sólo es la justificación internacional a una ocupación militar anterior.

Observadores occidentales en Rusia, siempre han  relatado el desencanto de Putin, con la política de Gorbachov en su día, considerando que fue un blandengue al no preservar la huida de zonas soviéticas hacia occidente. Una actitud que continuó con Yeltsin. Sin embargo parece no tener en cuenta, que la desmembración de la URS se inicia con una grave crisis económica que padecían; en los desfiles militares, los misiles eran de cartón y la mayor parte de los soldados carecían hasta de munición. Las ansias de muchos rusos por mejorar, mirando el progreso de occidente les hizo dudar de su sistema y por último, occidente aprovechó esta duda, usando a modo de catalizador, un ardid muy bien tramado para derribar el muro de Berlín, lo cual simbolizaba a ojos del mundo, la caída de la Unión Soviética. Una trama que podemos calificar de histórica.
Después de la caída del muro, Gorbachov convocó una cumbre con todos los dirigentes de las repúblicas, para que ninguna abandonara la Unión, se llegó a este acuerdo, pero a los pocos días Ucrania unilateralmente, ya decía que se iba. Curiosamente, ahora es esta misma república la que acusa de unilateralidad a Crimea cuando hace lo mismo.

Después otras repúblicas adoptaron esa decisión multilateral y ahora Putin considera que el multilateralismo de entonces sólo trajo problemas a Rusia. Lo más preocupante sería, si como dicen, Putin estuviera buscando la revisión de aquellos desmembramientos. Desde luego, la potencia militar de la Rusia de Putin, no era la de Gorbachov.

En el día después del referéndum hay que plantearse y Putin el primero ¿Quién gana, y quién pierde? 
En una situación en la que occidente mantiene muchos intereses en Rusia y esta tiene muchos intereses en Europa, todo está abierto.
Si Europa perdiera sus intereses en suelo ruso, está claro que podría recolocarlos en otros lugares, por ejemplo en el norte de África o en China. En estas condiciones, sólo les quedaría la exportación de materias primas; mal panorama para la economía rusa.

Aparte de algunas repúblicas bálticas que están ya en la UE, Rusia añade Crimea -y esto parece irreversible, puesto que Putin acaba de reconocerla como Estado independiente y soberano-  a su lista de territorios-limbo: Transdnistria, Abjasia, Osetia del Sur y en cierta manera Nagorno y ahora Kosovo, porque Afganistán ya está amortizado al perderlo militarmente en su día.  

De momento todo son especulaciones; la teoría de que Rusia se ve abocada a defender su base naval en Crimea, porque es su salida al Mediterráneo puede sostenerse, de la misma manera que puede sostenerse el puñetazo rabioso sobre la mesa del equilibrio con occidente; por el momento, una llave del judoka Putin ha derribado de espaldas a la UE.

El airado paso adelante unilateral de Crimea, representa un antes y un después en el equilibrio ruso-europeo-norteamericano, la entrada en un mundo imprevisto, o si se quiere como decían antes, una real-politik internacional, basada en la fuerza y la desconfianza, bastante más complicada que hace tres meses, empezando por cuestionar por parte rusa a la UE y a OTAN, pero todos ellos se encuentran subidos en el mismo escenario, aunque de momento y que se sepa, ni Putin, ni Obama, ni tan siquiera Merkel, tienen escrita la segunda parte del guión. Es como si representaran una obra de teatro sin libreto. La improvisación como teoría política; quizás haya sido siempre así y no nos habíamos enterado, en este caso, sólo denotaría una penosa mediocridad por parte de la clase política dirigente que funciona a “salto de mata”.

Mijail 

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