martes, 11 de febrero de 2014

Diario de a bordo


“No sé, no me acuerdo, no me consta”

El sábado el juez Castro tomó declaración a la infanta Cristina. Creo que fueron seis horas en las le formuló  400 preguntas, más las de la defensa, acusación particular, fiscalía y abogacía del estado, al ser todos parte personada en la causa.

Como anécdotas curiosas podemos señalar, que el abogado de la infanta, Roca, decía dos días antes, que ella estaba deseando declarar y contestar a todas las preguntas, sin embargo después del interrogatorio, la abogada de la acusación particular, Virginia López, opinó que en un 95% había contestado: “No sé, no me acuerdo, no me consta”.
¿Pero, le consta tener un palacete de 6 millones que, por lo visto, no sabe ni se acuerda de dónde han salido? Es que si consta en sede judicial, el valor del palacete y no consta de dónde ha sacado el dinero para pagarlo, eso ya debería ser delito.

En definitiva, fue a declarar obligadamente y no voluntariamente, como Roca decía. Sí, pero a declarar con evasivas y rechiflas.
Y añado, ante un trámite que para cualquier ciudadano, seguramente es preocupante, la infanta llegó allí, con una sonrisa como un piano de cola, como para cachondearse de todos. Pero es que cuando salió del juzgado tenía la misma sonrisa puesta, en cambio cuando una periodista la grabó dentro del avión –en la primera fila- que iba hacia Palma, parecía muy seria.

El domingo estuve fisgoneando las noticias de varios medios y periódicos importantes, desde donde copié lo siguiente:
El Sol de México: “La infanta Cristina declara hoy ante el juez por el caso de corrupción Noos”.
BBC: “Spanish  princess Infanta Cristina summoned over fraud”, (La Infanta Cristina comparece ante tribunal por un caso de corrupción).
AFP, Montevideo: “ La infanta llegó este sábado a bordo de un automóvil donde deberá declarar ante un juez instructor por presuntos delitos fiscales y de blanqueo en el marco de un escándalo de corrupción”.
Le Monde: “L’infante Cristina d’Espagne devant la justicie”, (La infanta Cristina de España delante de los tribunales de justicia).
Le Soir: “La fille du roi d’Espagne, accusée de fraude, entendue par un juge”, (La hija del rey de España, acusada de fraude, interrogada por un juez).
Le Figaro: “La fille du roi d’Espagne entendue par un juge”, (La hija del rey de España interrogada por un juez).
Corriere della Sera: “L’infanta in tribunale, è la prima volta per la Casa Reale”, (La infanta en los tribunales, por primera vez para la Casa Real).
The New York Times: “Spanish Princess Testifies in Royal Corruption Case”, (Princesa española testifica en caso de Corrupción Real).
The Guardian: “Spanish royal family braces for Princess Cristina’s court appearance”, (La familia Real española se prepara para la comparecencia ante el tribunal de la princesa Cristina).
Kosmos, (Grecia): “La princesa doña Cristina declara por fraude fiscal”.

Pues nada, la infanta vio aumentar mucho su patrimonio y según ella, el dinero le ha venido y no se sabe cómo ha sido. En cuanto llego a este punto,  ya me pregunto directamente por quién nos toma?  Una pregunta que parecen hacerse –entre líneas- algunos periódicos internacionales.
De todas maneras, resulta muy ilustrativo, que la infanta declarara: “Sabía que mi marido iba a canalizar sus ingresos a través de Aizoon”, cuando un rato antes había dicho no saber para que era la empresa.

¿Y esto no afecta a la “marca España”?  Me parece que somos la rechifla internacional y no entiendo, cómo aún se pueden seguir protegiendo privilegios feudales? Por entender, no entiendo cómo el fiscal, que tiene la obligación entre otras cosas, de defender el patrimonio público, es decir, el dinero retirado de las arcas públicas indebidamente, parece haberse convertido en el abogado defensor de la imputada?

Si la institución de la monarquía, tiene como objeto ejercer desde la ejemplaridad, como árbitro entre los partidos políticos –si fuese necesario-, debo decir sinceramente, que en algunos miembros de la familia real no he visto la ejemplaridad esperada, sino todo lo contrario. Es más, en todo este asunto Noos y en determinados momentos, me ha parecido ver una mano ”interesada” pretendiendo guiar la voluntad de la justicia y por tanto, escenificando el privilegio.
¿En qué quedamos pues, la base de la monarquía es la ejemplaridad, o es el privilegio?

Mijail

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