miércoles, 20 de noviembre de 2013

Diario de a bordo



Cuando un notario se hace notar
Ya se sabe que en teoría, quien es requerido en calidad de testigo por un Juzgado, está obligado a decir verdad. Y qué ocurre cuando un testigo al ser preguntado declara fantasías?
Lo pregunto porque el notario de Aizoon, Carlos Masías, declaró el pasado fin de semana ante el juez Castro, exculpando a la Infanta: “Ella no sabía nada. La usaron de pantalla ante Hacienda”.

Si no estoy equivocado, este notario fue quien intervino en la constitución de la empresa Aizoon, y si no ando engañado, la Infanta era propietaria del 50% de esa empresa. 
Según esta novedosa teoría declarativa, cualquier tropelía cometida por el socio de una empresa, podría ser exculpado con la simple declaración del notario, diciendo algo así como, “Este señor no es culpable”. Algo que no parece eximir jurídicamente de responsabilidad a nadie. Sería como dejar la decisión de sentencia judicial en manos de un notario.

Lo que parece incoherente es que el juez le pregunte cual era el grado de participación en la empresa?  Pero si ya lo dice la escritura: la Infanta era propietaria al 50%.
De todas maneras, ignoro si el juez Castro tendrá en cuenta la lógica más elemental, pero imagino a un matrimonio que no es millonario, cuando llegando a casa el señor le comunica a su esposa: “He comprado un palacete de ocho millones”.  ¿Ustedes no creen, que en buena lógica la esposa pregunte: “Oye, y estos millones de dónde han salido”  y ante ello, el marido deba explicarle la procedencia del dinero?
Por tanto, para mi parece probado, que la Infanta estaba al tanto de todo. Blanco y en botella. Añado, que no creo ser el único que se atreve a decir lo que piensa sobre este particular, pues entiendo que la condena ciudadana es bastante amplia  ¿Podríamos hablar de unanimidad?

Me gustó la reacción de la abogada de Manos Limpias, quien con muy buen criterio, preguntó al notario, cómo podía saber el grado de participación o de implicación de la Infanta en la marcha de la empresa, si él tan solo se habría limitado a dar fe de la constitución de la sociedad, a lo que el notario respondió: “Es una apreciación personal”.  ¡Vaya, y cómo no añadió, que él también es notario por pura apreciación personal !  Que se sepa y hasta la fecha, los dogmas de fe no constituyen prueba judicial.
¡Sorprende, que este notorio notario -licenciado en derecho-, intente demostrar, no saber que se le está pidiendo una apreciación objetiva y no subjetiva, cuando no, “apañativa”!

Con fantasmadas exculpatorias como esta, ya nos podemos temer que el caso Noos, o sea al caso Urdangarín, Infanta, Torres y esposa, en el que se expoliaron  -presuntamente, o no-  unos cuantos millones de dinero público, vaya a quedar en nada, a pesar del meritorio empeño del juez Castro por hacer justicia. Quizás estemos una vez más, ante aquello de para este viaje no hacían falta alforjas.

A estas alturas del guión, me pregunto si todavía debe quedar alguien en el país, que sea capaz de creerse aquello de que todos somos iguales ante la ley, lo cual nos recordaba el Rey en su mensaje de Navidad. Es como para preguntarle: ¿Qué Majestad, cómo andamos de memoria? Claro que él también me podría increpar con aquel repente suyo del: ¿Y porque no te callas?   Pues mire, ni me callo ni pienso hacerlo, menos aún cuando acabo de ver un titular de prensa que dice: “A los Duques de Palma, las declaraciones de renta de 2006, 2009 y 2011 les salieron a devolver un total de 14.776 euros por deducciones que Hacienda considera “irregulares” o “no justificadas”. Más adelante dice: Aizoon defraudó 281.000 euros en 4 años y Hacienda considera que no es delito fiscal. Pues eso, como dije antes, blanco y en botella.      

Mijail

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