miércoles, 5 de junio de 2013

Col•laboradors


Un water no es un vertedero

Cada vez es más frecuente, que los edificios de nuestras ciudades tengan problemas de saneamiento, es decir que los desagües de los edificios sufran taponamientos que habrá que desatascar con la manguera a presión de los servicios especializados. En ocasiones, el atasco es tan persistente, que es preciso abrir un tramo de la canalización con objeto de desatascar esa zona y es ahí, donde aparecen dentro del tubo los materiales que formaban el atasco; casi siempre suelen ser los mismos (según dicen los especialistas en desatascos): toallas, toallitas, algunas prendas de ropa, pañales e incluso fregonas domésticas.

Parece imposible, pero estos materiales se suelen encontrar en los atascos de las comunidades de vecinos, si bien, todos sabemos, o deberíamos saber, que este tipo de materiales no debe echarse en el váter, sino en el cubo de la basura.
Hoy en día, lo normal es que nuestras cloacas ciudadanas, desemboquen en una depuradora, donde van a parar gran cantidad de estos materiales. Además y según el Congreso Nacional del Medio Ambiente celebrado hace poco, nos dicen que lejos de lo que podría parecer, no son los vertidos industriales los causantes de las mayores contaminaciones en la red de saneamiento, sino los vertidos de hogares, estos son sin duda alguna, los que más contaminan con diversos materiales y productos nuestra red urbana de saneamiento.

El water de nuestras casas, no está diseñado para verter allí cualquier cosa; la ropa, las toallas y las fregonas, no deben echarse al water.

Tampoco podemos echar allí, las toallitas húmedas pues aún que se anuncien como degradables, acaban organizando atascos considerables.

No debemos echar lejía y amoníaco, unos productos muy tóxicos para la vida, que las depuradoras deben separar.

No se debe echar medicamentos, ya que estos se incorporan al agua y después pasan a los ríos. La UE está estudiando seriamente esta cuestión.

Las pinturas y disolventes no se deben verter al water, puesto que resultan ser productos altamente tóxicos para la vida en los ríos y después en el mar.

Lo mismo hay de decir con los aceites vegetales o los aceites para coche, puesto que provocan unos graves efectos sobre las instalaciones de tratamiento de aguas residuales.

En resumen, antes de echar algo al water hay que pararse a pensar en si no sería preferible verterlo en el cubo de la basura, pues todos los vertidos indebidos y los atascos en las conducciones de las comunidades de propietarios, son problemas que acabamos pagando entre todos.  En este sentido nos falta un poco de urbanidad, pero también asumir, que la contaminación y los gastos en tratamientos de aguas residuales perjudican y afectan a todos.

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