viernes, 10 de mayo de 2013

El Confidente


Una hipoteca para todos

Una hipoteca es en esencia, un crédito con la garantía de un bien inmueble, lo que ocurre es que existen otros tipos de hipoteca, es decir de crédito, uno de ellos son decisiones políticas que suponen un aumento de la deuda pública. También es un crédito.

El endeudamiento público español no cesa y ha crecido un 142% en los últimos cinco años. Acaba de publicarse un estudio sobre la deuda pública española, según el cual, esta ha cerrado el año 2012 con 921.340 millones de euros. Lo cual equivale a que cada español o inmigrante asentado en nuestro país, ya sea niño, joven, adulto o anciano, debe 19.919 euros en concepto de deuda pública. Como sea que niños y quienes trabajan en economía sumergida (un 25% de la economía) no pagan impuestos, esta claro que quienes sí los pagamos, deberemos cargar también con la parte que estos no pagan.

Sólo en 2012, el volumen de deuda creció en un 14,32%, siendo las comunidades autónomas las grandes contribuidoras de los altos niveles de deuda Pública.
El estudio señala a Cataluña como la que genera más deuda, con un total de 21,2%, Valencia con el 20,7%, Castilla la Mancha con un 17,3% y Navarra con un 16,7%. Las menos endeudadas fueron Madrid con un 8,8%, Canarias con un 9,1% y Castilla León con un 9,7%.

Aparece que en la UE de un total de 27, hay 15 países que incumplen las normas europeas, presentando un ratio de deuda superior al 60%,: Grecia, Italia, Portugal, Irlanda, Bélgica, España, Francia, Reino Unido, Chipre, Alemania, Austria, Hungría, Malta y Holanda.

Se nos anuncia como un gran logro, que la prima de riesgo española cotiza ahora a menos de 300 puntos básicos con respecto al bono alemán. No obstante, los intereses que supone pagar este tipo no supone ninguna fiesta (tampoco lo era cuando estaban en 600 puntos), sino que se trata de un sobreprecio inasumible a largo plazo, para las arcas públicas españolas. Hasta 2009, cuando Zapatero abrió el grifo del gasto público, la prima de riesgo española estaba en menos de 100 puntos.

La actual cifra de deuda pública es sencillamente escalofriante, y más cuando se ve que el país no es capaz de generar empleo productivo, mientras que el Gobierno se niega a reducir el gasto público. Si el Gobierno quisiera controlar el déficit no tendría más que cancelar toda emisión de deuda.
Cuadrar deuda y déficit no parece que vaya a ser fácil y ello será un problema, no ya sólo para este Gobierno actual, sino también para los que vengan detrás, pero no sólo para los gobiernos, sino para los contribuyentes, pues la deuda pública de hoy será los impuestos del mañana.

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