lunes, 13 de mayo de 2013

Diario de a bordo


“Unas diligencias inútiles”
  
Todo arranca de unas conversaciones chafarderas, que la policía inició a un empresario, José Antonio Orozco, sobre el que recaían ciertas sospechas, por ejemplo, en la concesión de autorización presuntamente ilegal, para instalar una nave industrial de Transportes Azkar, en unos terrenos de Sant Boi.


Interrogado por la justicia otro empresario que estaba en el mismo ajo, Jorge Dorribo, este declaró que para que se le hicieran unas gestiones administrativas beneficiosas para él, había contactado con el entonces ministro de Fomento, José Blanco, don Pepiñone,
para ello, según declaró Dorribo, le dio 200.000 € a Pepiño en una gasolinera, en la cual se habían citado. En cambio don Pepiño, niega la mayor, dice que unos fideos que había comido en el almuerzo le sentaron mal y le dio un apretón precisamente cuando iban llegando a la gasolinera; que él fue allí a sentarse en una taza de water y en esas tareas estaba solo, por tanto nadie puedo darle los 200.000 €. Lo que desmonta la versión de Pepiño es que la policía grabando las conversaciones telefónicas de Dorribo, grabó las que mantenían entre ellos, entre ellas las de la cita en la gasolinera.

Cuando Pepiño dejó de ser ministro, se descubrió que se había comprado una chalet en las Rozas, por el que parece habría pagado unos 200.000 € sin justificar. Ahora el Tribunal Supremo que instruye el caso Campeón, ha pedido a la policía que investigue las cuentas bancarias de la esposa de don Pepiñone, quien a través de su abogado, se ha dirigido al juez que lleva la instrucción para hacerle saber que “son unas diligencias inútiles”. Por el contrario el juez argumenta la necesidad de investigar las cuentas de Pepiño a la vez que las de su esposa; además, si todo está correcto por que le molesta?

Según el juez, No cabe pasar por alto, que las imprecisiones del denunciante Dorribo no indican que todo lo declarado por éste sea falso" y entra dentro de las posibilidades de investigación "determinar cualquier incremento patrimonial llamativo o anómalo" de José Blanco. Además, continúa el instructor, "en la causa existen datos para entender que la casa de Madrid del aforado en alguna medida se la debía a su amigo Orozco, según conversaciones telefónicas, atribuidas a este último, no negadas”.

En conclusión, no me parecen inútiles las diligencias del juez, lo que me pareció inútil, fue la labor de don Pepiñone como ministro de Fomento.
Lo que ocurre es que cuando era secretario general del partido y ministro, se dedicaba a poner en tela de juicio el comportamiento de todos sus adversarios, ahora el comportamiento que se pone en solfa es precisamente el suyo propio. Y esto no gusta a don Pepiño. Se fastidie.

Mijail

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