martes, 7 de mayo de 2013
Diario de a bordo
El fiel
escudero de un inútil sonriente
Siendo
presidente el sonriente Zapatero, parecía o por lo menos sobreactuaba dando
esta impresión, de que el partido socialista no iba a ser desalojado del
gobierno en muchos años. Pero no, una cosa son las apariencias y otra
muy distinta las realidades, y resulta que a finales de 2011 dejamos de ver en
las pantallas y en los periódicos, al Zapatero con sonrisa “profiden”; ya
saben, el siempre decía que todo se puede decir con una sonrisa. Si claro, y se
puede hundir un país si lo gobierna un inútil, aunque se muestre sonriente.
Lo
que no me queda claro es, si sonreía porque tiene un tic que le tira de los
mofletes, o si por el contrario se regocijaba pensando en la gamberrada suprema
que nos estaba haciendo a los españoles?
El paso
del desierto para el partido socialista, se ha agravado aún más al tener un
secretario general que arrastra tras de sí un historial memorable; veamos:
estuvo con el gobierno de Felipe González, lastrado con todos los escándalos
del felipismo. Después estuvo como ministro, en el gobierno de Zapatero. Vamos,
un currículum de lo más florido, como para que a uno le echen a gorrazos.
Confianza a tope, pero a la inversa.
Este es
el doble problema que tiene ahora el partido socialista; el arrastre social de
un gobierno pésimo, que lo fue y cuyos efectos se pueden constatar en el día a
día, y un secretario general que deriva de este arrastre y por tanto con altas
posibilidades de que repitiera el modelo zapateril, en caso de que llegara a la
Moncloa.
Mientras
que según la encuesta del CIS, le acaba de dar un mazazo a Rubalcaba, afirmando
que el partido socialista desciende hasta un 28% en intención de voto, se ha
hecho público que desde que dejó el gobierno Zapatero, el partido ha perdido
60.000 militantes, y este hundimiento del partido, significa también el
hundimiento de Rubalcaba. Ya se sabe; siempre aparecen cantidad de militantes
que en el fondo, más que militantes, son oportunistas expectantes. Los moscones
siempre acuden al olor de la miel, pero cuando la miel es escasa, es decir
cuando un partido político, no está en el poder ni se le espera, ya se ve que
no habrá miel, en consecuencia, no podrán ofrecer puestos de trabajo cómodo y
bien remunerado. Cuando esto ocurre, los moscones cambian de panal o partido;
pueden decidir ir a otro que huela a poder, quizás tendrán allí la oportunidad
de colocarse con un buen empleo político. Esta suele ser la realidad de
partidos que tocan poder.
Rubalcaba
está ante un papelón angustioso, que de seguro le gustaría traspasar a otra
persona. Ya se han postulado varias personas para ello; claro síntoma de
debilidad para un liderazgo.
Ocurre
que si se va ahora, así de repente, pues como que queda mal; es como si
abandonara el barco por cobardía, en cambio si espera a un congreso y lo
cambian, podrá presumir de democracia y de haber cumplido con la etapa que se
le encomendó, si bien en el fondo es lo mismo; lo echen educada o abruptamente.
Rubalcaba,
fiel escudero de Felipe y después de Zapatero, se mantuvo siempre de segundón,
porque siempre estuvo al lado del poder, pero ahora sin haber conseguido pasar
de la segunda línea, está más acabado que Machín.
Etiquetas: fescuddunintlsonr
Suscribirse a Entradas [Atom]