martes, 26 de marzo de 2013

El Confidente


Europa para qué y para quiénes?

Caixa Layetana, es una más de las entidades bancarias legalizadas como caja, que ha quebrado tras la crisis inmobiliaria. La solución que el gobierno adoptó, fue la de fusionar a esta caja con Caja Madrid y otras, en el holding denominado Bankia; posteriormente esta tuvo que ser intervenida. No es fácil entender que ventaja comercial pueda suponer, el unir varias entidades agujereadas, como no sea con la intención de aumentar el número de clientes y si acaso, acabar reduciendo en más de la mitad la plantilla actual, cuando ello fiscalmente puede ir acompañado de unas fuertes exenciones fiscales o ayudas. Este ha sido el modelo general de todas las fusiones bancarias en España, que han tenido además un denominador común: privatizar los beneficios y socializar las pérdidas.

Caixa Layetana tenía su sede principal en Mataró, ahora su alcalde, Joan Mora, carga con dureza contra los ex directivos de la entidad por el “timo” de las participaciones preferentes. El alcalde critica a la entidad: “Caixa Layetana ha hecho una gestión inmoral y ha robado ahorros a miles de personas”.Ciertamente sólo en Mataró, se calcula que hay unos 6.000 clientes afectados por la suscripción de participaciones preferentes.

Se ha tomado como ejemplo, pero no ha sido esta la única caja, o holding de cajas que además del agujero del ladrillo, tienen también un problema por haber colocado entre sus clientes, participaciones preferentes. Hace tan sólo dos días, que el gobierno ha dictaminado, unas pérdidas para los tenedores de preferentes, ya sean de Bankia, de Catalunya Caixa o de Nova Caixa Galicia; en uno de estos casos supera el 60% y en los otros dos se aproxima.

Acaba de saberse, después de muchas iniciativas parecidas, que en Chipre van a aplicar una “quita” del 50% en los depósitos bancarios de más de 100.000 euros.

Ante todo ello me pregunto: ¿que diferencia habrá para el ahorrador, en que le impongan una “quita” del 50% en un depósito bancario, o que la “quita” se la hagan mediante “reducción”, en una inversión llamada “preferentes”?

Me imagino, que para un europeo corriente, esta particularidad le puede llamar bastante la atención y puede llegar a interrogarse: ¿Por qué tengo que pagar yo, la gestión inmoral que han cometido otros?
Puede que de todo ello resulte una buena reflexión, para adivinar si en un futuro los ciudadanos se sentirán muy europeos, poco europeos, o nada europeos. Y quizás llegue el momento de preguntarnos: Europa para qué y para quiénes?

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