viernes, 22 de febrero de 2013

Bloc de Lletres

Esto, también es mi opinión

Creo que no me equivoco si digo que nada ha hecho tanto daño a la capacidad de raciocinio del homo sapiens medio, como la mal llamada "libertad de opinión", que en realidad y en demasiados casos, no es otra cosa que el relativismo aplicado por imbéciles. Y lo digo con conocimiento de causa, porque cada vez más a menudo me veo obligada a retirarme de una discusión insultantemente absurda, sólo porque la otra persona considera que la barbaridad que acaba de decir merece respeto por el mero hecho de ser su opinión.

Parece ser que cualquier estupidez supina puede pasar por argumento válido si se la disfraza de opinión, a menos que contradiga alguna conocida ley de la física más elemental. Vamos, que es cierto que nadie da crédito a la opinión de que si salto de un noveno no me voy a hacer daño, pero cuando se entra en terrenos más nebulosos el asunto se complica bastante, y a menudo cuesta hacer entender al otro que sólo con opiniones no se va a ninguna parte.

Lo voy a decir claro: una opinión, desnuda y sin aliño, no vale nada; o, dicho de otro modo: una opinión vale, simple y llanamente, lo mismo que los argumentos que la sostienen. Supongo que para que esto empiece a entrar en las cabezotas de nuestros contertulios, es necesario un cambio radical de planteamiento y que, a partir de ahora, ninguna opinión merezca respeto hasta que se lo gane.

Si de verdad nos creemos este razonamiento, si empezamos a exigir y dar razonamientos coherentes, y si empezamos a no escudar nuestra ignorancia en la seguridad de que todo es opinable (especialmente cuando se desconoce el tema por completo) puede que algún día empecemos a aprender cosas en el café, en lugar de pasárnoslo, tratando de convencer a los demás de que opinamos que están equivocados y que, por lo tanto, lo están.

Cristina

Etiquetas:






<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]