miércoles, 19 de diciembre de 2012
El Confidente
Economía de vasos comunicantes
Los cinco años que
llevamos de crisis, nos han abocado a una recesión económica que cabría esperar
sólo afectara a los países con problemas. Lo que ocurre, es que debido al
modelo implantado de economía interrelacionada, la crisis incide de una u otra
forma en casi todos los países de la zona euro.
La elevada tasa de paro española visualiza un escenario de
bajo crecimiento económico y por tanto, unos menores rendimientos sobre
activos, pero este escenario ya es europeo y en mayor o menor medida, lo sufren
cantidad de europeos. En los países donde las reglas de juego han cambiado de
forma drástica, ahora la constante es la exigencia de austeridad.
Esta dura realidad, está cambiando la forma de vida y si se
quiere, las reglas del juego de millones de europeos, los cuales ven asombrados
como las cosas están cambiando de una forma radical.
No es difícil encontrar un parado español, ex empleado del
sector construcción, que durante estos años de burbuja ingresaba un sueldo de
4.000 euros mensuales, manteniendo un ritmo de vida acorde con este sueldo.
Ahora sin embargo, está en la lista del paro y con escasas esperanzas de salir
de ella.
Pero que pasa en otro país de la zona euro, como puede ser
por ejemplo Alemania, donde no tuvieron burbuja? Pues resulta que allí, estos
efectos tienen también su incidencia; por un lado se ven frenadas sus ventas
industriales, ya que este parado español era uno de sus clientes, pero resulta
que el mayor fondo de pensiones público alemán se ve atrapado por el vendaval
de una caída sin precedentes en la rentabilidad de los fondos que gestiona, es
decir la pensión de un jubilado alemán.
Son en definitiva, dos caras de la misma moneda, el parado
español ha pasado de la época de las vacas gordas a la precariedad del subsidio
de desempleo. Por su parte el jubilado alemán, tendrán que aceptar tener una
pensión más baja, dado que las rentas de su ahorro pensionable, dará unos
frutos mucho más pequeños.
Aunque a
Merkel le cueste aceptarlo, la crisis europea afecta negativamente a la
economía alemana: la ralentización industrial y el estancamiento de las
pensiones, con todo lo que ello conlleva, preocupa y mucho a los ciudadanos
alemanes, que miran horrorizados al gran número de parados españoles.
En España
entre otras cosas, nos han subido los impuestos; en Alemania están haciendo lo
mismo, creando tasas que antes no existían, ya sea en educación, sanidad,
transporte etc.
Una conclusión a todo ello puede ser que en el fondo,
el euro tanto puede llegar a ser un flotador como un lastre, pero para todos
los países de la zona. Y a estas alturas, quizás no sea tan descabellado
pensar, que aquí los únicos que ganan, gracias a todo este estado de cosas, son
los grandes inversores, pues merced a la crisis, pueden invertir en deuda de
países con problemas a un elevado tipo de interés.
La elevada tasa de paro española visualiza un escenario de
bajo crecimiento económico y por tanto, unos menores rendimientos sobre
activos, pero este escenario ya es europeo y en mayor o menor medida, lo sufren
cantidad de europeos. En los países donde las reglas de juego han cambiado de
forma drástica, ahora la constante es la exigencia de austeridad.
Esta dura realidad, está cambiando la forma de vida y si se
quiere, las reglas del juego de millones de europeos, los cuales ven asombrados
como las cosas están cambiando de una forma radical.
No es difícil encontrar un parado español, ex empleado del
sector construcción, que durante estos años de burbuja ingresaba un sueldo de
4.000 euros mensuales, manteniendo un ritmo de vida acorde con este sueldo.
Ahora sin embargo, está en la lista del paro y con escasas esperanzas de salir
de ella.
Pero que pasa en otro país de la zona euro, como puede ser
por ejemplo Alemania, donde no tuvieron burbuja? Pues resulta que allí, estos
efectos tienen también su incidencia; por un lado se ven frenadas sus ventas
industriales, ya que este parado español era uno de sus clientes, pero resulta
que el mayor fondo de pensiones público alemán se ve atrapado por el vendaval
de una caída sin precedentes en la rentabilidad de los fondos que gestiona, es
decir la pensión de un jubilado alemán.
Son en definitiva, dos caras de la misma moneda, el parado
español ha pasado de la época de las vacas gordas a la precariedad del subsidio
de desempleo. Por su parte el jubilado alemán, tendrán que aceptar tener una
pensión más baja, dado que las rentas de su ahorro pensionable, dará unos
frutos mucho más pequeños.
Aunque a
Merkel le cueste aceptarlo, la crisis europea afecta negativamente a la
economía alemana: la ralentización industrial y el estancamiento de las
pensiones, con todo lo que ello conlleva, preocupa y mucho a los ciudadanos
alemanes, que miran horrorizados al gran número de parados españoles.
En España
entre otras cosas, nos han subido los impuestos; en Alemania están haciendo lo
mismo, creando tasas que antes no existían, ya sea en educación, sanidad,
transporte etc.
Etiquetas: economdvascomuns
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