lunes, 3 de septiembre de 2012
El Confidente
Malas perspectivas para Merkel
Está anunciado que en septiembre, Merkel vendrá a España con un grupo de empresarios alemanes para intentar llegar a acuerdos, con otros empresarios españoles. Podría ser que de estos acuerdos salieran algunas directrices o soluciones del Banco Central Europeo para con España.
No parece lógico, que el resultado de semejante reunión se fíe a los estrictos acuerdos que salgan de ése día; De Guindos no se fue de vacaciones y esto indica que seguramente, está trabajando en los acuerdos parciales que formarán parte del acuerdo final.
A nosotros nos interesa que haya un acuerdo favorable con el BCE en forma de Eurobonos (o bonos mancomunados entre todos los países de la UE), puesto que la prima de riesgo (que hace subir el tipo de interés) nos ahoga financieramente hablando. No hay más que ver que para este ejercicio en curso, se han destinado nada menos que 31.000 millones de euros para el pago de intereses. Pero tampoco es ningún secreto que los alemanes vendrán también con intereses propios. Y es que entre otras cosas, el índice industrial alemán está bajando últimamente porque muchos de los que éramos sus clientes europeos hemos dejado de comprarles debido a la crisis, agravada si cabe, con las draconianas condiciones impuestas por el gobierno alemán. A esto se añade la publicación de que 7 millones de alemanes tienen que buscar pluriempleo porque sus bajas pensiones no les dan para vivir. Todo ello sumado, podría devenir en un descenso del consumo en Alemania.
Merkel acaba de viajar a China, con la justificación de ofrecer al gigante asiático comprar deuda europea, pero también podría ser, que a su vez estuviera explorando la posibilidad de exportar con bajos aranceles, productos manufacturados alemanes a China.
A la vista de todo, parece que ahora Merkel esté dando un cambio de rumbo a su política europea y es que frente a un año electoral (septiembre de 2013), se encuentra atrapada entre la opinión de seguir con la dureza máxima y ahogo a los países atrapados en el déficit y la de los que ven en ello una temeridad, pues emplear mucha dureza presupuestaria con estos países, puede acabar por perjudicar también a Alemania. Por decirlo en pocas palabras: los intereses de grandes inversores alemanes (y por tanto acreedores de la deuda) ya no coinciden con los intereses del sector industrial alemán. Una posición muy delicada para Merkel, que ahora parece decidida a quedar bien con las dos partes contrapuestas, si bien el resultado más usual en estos casos, suele ser quedar mal con todos. En dos años le han dimitido dos presidentes del banco central alemán y el actual, anuncia seguir de inmediato por el mismo camino.
Pero Merkel no cuenta sólo con el descontento de los poderes fácticos alemanes, sino también con el de sus electores, quienes le recriminan una subida indiscriminada de impuestos o tasas, además del encarecimiento y sobre pago del sistema sanitario. Detecto un convencimiento según el cual, la CDU de Merkel tendrá que abandonar el gobierno, siendo reemplazada por los socialdemócratas del SPD. De momento, creo vislumbrar unas malas perspectivas electorales para Merkel, la dama de hierro alemana.
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