martes, 3 de julio de 2012

El Confidente



Un déficit claro en la cultura del respeto

Hay un dato estadístico y educacional, según el cual en nuestro país existe una falta de disciplina y respeto por parte del alumnado hacia el profesorado. Según esta apreciación, si los alumnos no son capaces de ser disciplinados y respetar a los profesores que les enseñan ¿Cómo pueden pretender respetar a alguien en el futuro?

Es posible que uno de los grandes problemas fundamentales que tiene nuestro país, sea la falta de respeto; una falta de respeto ciudadano hacia las instituciones, pero también falta de respeto institucional hacia los ciudadanos y seguramente lo primero sea consecuencia de lo segundo.

Existe la creencia popular, de que los gobernantes en general, omiten el debido respeto a los ciudadanos, que se manifiesta en el incumplimiento de leyes, desatender las peticiones ciudadanas y omitir la transparencia debida. Todo ello supone una falta de respeto hacia los ciudadanos que son en definitiva, quienes les pagan sus elevados sueldos. Esta falta de respeto, es claramente un factor que pueden alimentar la corrupción y el razonamiento popular en este sentido es muy simple: Quien nada tiene que esconder, carece de motivo para no mostrar o transparentar su labor de gobierno. En cambio los gobernantes que niegan a los ciudadanos la transparencia debida, ya sea solicitada por miembros de la oposición, o por ciudadanos que lo piden por escrito y en la forma debida, es muy probable que no lo faciliten porque algo tienen que ocultar.

Más sospechoso resulta aún, que partidos políticos que ostentan el poder en instituciones, no obliguen a sus dirigentes a transparentar su labor de gobierno y más cuando les ha sido solicitada, en ése caso, la sospecha es fácil que se extienda también al partido por sostener tal situación.

La falta de respeto institucional hacia los ciudadanos, es un problema largamente incubado en la sociedad de nuestro país, la falta de transparencia, y el incumplimiento de las leyes, son los pilares en los que se fundamenta el grave problema que ahora tenemos en deuda pública y bancaria. Sólo hay que fijarse en las condiciones que pone Alemania para los rescates a España: la unión fiscal y bancaria, es decir, piden controlar la fiscalidad del país, pero además no quieren rescatar a la banca española, si no está bajo la supervisión de un órgano de UE. En pocas palabras, después de todo lo que han visto, no se fían de nuestro Ministerio de Hacienda, no se fían de nuestros políticos y no se fían del Banco de España.

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