martes, 24 de abril de 2012

Diario de a bordo



La llamada de África

Existe una leyenda que aparece en diversos relatos de viajes y tiene que ver con África; dice que quien pisa una vez este continente, siente la imperiosa necesidad de volver a pisarlo, sin embargo conozco a quienes me han expresado el sentimiento contrario; claro que este continente es muy grande y cada cual habla de la feria según le va.
Se habla de una llamada de África, profunda y hasta irresistible. Los grandes viajeros suelen coincidir, en que África es un lugar donde uno siente el latido de la vida día a día, lo cual consigue hacerle prescindir a uno de lo superfluo y le enseña por tanto, a valorar lo realmente importante

Comprendo que el mal visto viaje del rey a África, en plan cacería elefantuna, levante opiniones de todo tipo. Comprendo a quienes defienden la monarquía, lo que no puedo hacer, es callar cuando algunos de estos hacen un franco desgarro de vestiduras ante quienes cuestionan la monarquía. Vamos a ver, ni por esas conseguirán que cambien de idea; menos ahora, cuando según un diputado, ningún vasco ha hecho tanto por la república como el yerno Urdangarín. Por si fuera poco, ahora el rey se embarca en una cacería de lujo prescindible, cuando los españoles estamos en tiempos de austeridad obligada. Aquí cabe esperar que el mismo diputado, añada ahora que ningún rey había hecho tanto por la república. Y claro que hay como en todo, defensores empedernidos, pero ni aún repartiendo disculpas a diestra y siniestra con las mayores habilidades, se consigue esconder la gravedad de la situación.

Es sábado; acabo de ver un tele reportaje en la primera, donde no se oculta el alcance del asunto, pero creo que se han dejado cosas en el tintero:
Se ha dicho que el Gobierno conocía perfectamente y con antelación el viaje del rey a África. Bien, y si lo conocía porque no lo impidió?

Se dice que fue a cazar, en el ámbito de su vida privada. Perdonen que discrepe; el rey es rey las 24 horas del día, por tanto tiene derecho a sus actos privados siempre que estos no interfieran en la imagen de la institución que representa (es la ejemplaridad de la que él mismo habla) y en este caso se ha dado una imagen de monarquía decimonónica privilegiada; una variedad ya en desuso.

Sabemos además porque lo publica una revista, que el rey es una de las personas más ricas del país. ¿De dónde ha salido tanto dinero? Lo pregunto porque a lo mejor con su mismo bolsillo, todos seríamos muy “campechanos”.
¿Quien le va creer ahora cuando en su discurso anual clame contra el paro, habiendo sido pillado en un acto de ostentación, boato o lujo innecesario?

Mientras se comenta que una licencia para poder matar un elefante cuesta 30.000 euros, nos dicen que el safari del rey era gratis total. Que si la cacería la pagaba un empresario saudi. Pues si es así, este regalo debe ser a cambio de algo. No? ¿A cambio de qué?

Lo dicho; ni pidiendo disculpas se consigue esconder la gravedad de la situación. Si el rey quiere de verdad servir al país lo tiene muy fácil: en vez de irse a cazar inocentes elefantes, que se dedique a “cazar” trincones patrios; no hace falta rifle, sólo “interesarse públicamente” para que los fiscales investiguen ciertos asuntillos que parecen inexplicables. No les parece?

Mijail

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