martes, 17 de abril de 2012

Diario de a bordo



Cuando los elefantes demuestran tener memoria

Los españoles que defienden la monarquía han tenido algunos sobresaltos últimamente; digamos para ser sinceros, que por lo menos y para no quedar mal con ellos mismos, “ya no la admiran tanto”.
Los defensores monárquicos dicen que el principal mérito de la institución es precisamente la ejemplaridad. No me convencen; me apunto a lo que dijo aquél: ¡Vaya tropa!

Bien, pues vayamos por partes: primero salió a relucir, que el yerno del rey, por “ser quien sois”, recibía dinero procedente de fondos públicos, y debe ser cierto porque está encausado en un expediente judicial. Es decir, el único mérito para recibir el dinero era ser quien era y parece que el rey lo sabía desde 2.006. Esto no parece éticamente ejemplar, sino todo lo contrario.
Así que, presionada por una desaprobación pública, en unos casos escandalizada y en otros silenciosa, la monarquía tuvo que publicar a finales de año y aunque parcialmente, las cuentas de la Casa Real. Digamos que se ha visto un poco mermado el privilegio feudal de la opacidad.

Hace pocos días, un nieto del rey se disparó en el pie. Si es menor de edad no se le puede dejar en sus manos un arma de fuego para cazar. Es más, no puede tener arma de fuego, ni permiso de armas ni licencia de caza. Es decir, no puede cazar; menos ahora porque estamos en época de veda, según tengo entendido.

Y cuán distinta es la vara de medir; si no fuera miembro de la familia real, los servicios sociales ya habrían recluido al joven en una casa de acogida y estarían tramitando un expediente por desamparo familiar con retirada de patria potestad incluida. Aquí no veo tampoco ejemplaridad ninguna, ni por parte de la casa real, ni por parte de los servicios sociales...que quieren que les diga?

Ahora resulta que debido a una caída fortuita, que provocó al rey una rotura de cadera, hemos sabido que se encontraba en Botsuana cazando elefantes, cuando nadie sabía nada de ello; parece que ni tan siquiera el Gobierno?

El quid de la cuestión, no está en que fuera de caza, sino en que mientras su país está quemado por la crisis, él se dedique a cacerías de lujo en el África negra.
Tenemos un país con cinco millones de parados; una cifra que al rey no parece importarle demasiado, ya que mientras estos viven en la precariedad, él se dedica a estos lujos o diversiones decimonónicas. Aquí tampoco le veo ejemplaridad alguna.

Por cierto, dicen que los elefantes tienen mucha memoria; puede ser, pero yo creo que a veces tiran de la manta y de qué manera.
Siempre se ha dicho que estos safaris son carísimos. Y esto quien lo paga? Porque según hemos visto publicado, estos safaris son periódicos.

Me sumo a quienes critican estos despropósitos y donde dicen debe haber ejemplaridad, sólo veo privilegio feudal. Y aquí habría que recordar aquello, de una cosa es predicar y otra dar trigo. En otras palabras, en el discurso de final de año en 2.010, aludiendo a la crisis el rey “invitó a todos a tirar del carro”.

Después del urdangarinazo, sale en el discurso de 2.011 diciendo que: “Ciudadanos, instituciones y administraciones públicas debemos volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y de sus familias”. Añadiendo: “Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar”.
Pues eso, debe aplicarse el cuento a si mismo; cuando no lo hace, corre el riesgo de que lo acaben considerando un charlatán más.

Mijail

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