martes, 14 de febrero de 2012

Diario de a bordo


Una sentencia judicial muy polémica

Estos días hemos estamos viendo multitud de manifestaciones y artículos a favor o en contra, de la sentencia que emitida por siete jueces desde la unanimidad, condenando a Garzón. Precisando diré, que unos apoyan una sentencia emitida por una sala del Supremo, y otros, dicen entender que no se debía haber condenado a Garzón, por “ser quien es”.

Y cuando estas informaciones llegan a un ciudadano no demasiado entendido en la materia, pues como que se pone en tela de juicio la imparcialidad de la Justicia en nuestro país; cosa fea, muy fea.
Claro que este ciudadano confuso, puede no entender, como Garzón siendo juez, podía obligar a cumplir “sus sentencias” como quien dice sin rechistar y en cambio ahora que ha sido juzgado él mismo, se rebela contra la sentencia que le obliga y condena. Digo yo, que no quiere tomar la medicina que él mismo recetaba.

En 1986 fue condenado a inhabilitación por desacato, Pedro Pacheco, alcalde de Jerez, porque en un arrebato de indignación declaró públicamente: “La Justicia es un cachondeo”. Es verdad que ahora, Garzón no repite textualmente la frase, pero envía una carta a los medios diciendo más o menos lo mismo. Y a él no se le enjuicia por desacato? Porque, la Justicia debe ser igual para todos, o no? ¿O es que esta igualdad es tan sólo teórica?
Quien habló de igualdad el pasado viernes, fue Gabriela Bravo, portavoz del Consejo General de Poder Judicial, quien dijo en televisión, que “no todos los imputados son iguales”. Ante semejante desliz podemos entender, que no todos somos iguales ante la ley. Lo cual ya no pertenecería a un sistema democrático, sino a otro muy distinto.
Al día siguiente una vocal del mismo CGPJ, Margarita Robles, rectifico a su portavoz diciendo “todos los imputados son iguales ante la ley”. ¡Vaya!

Me parece cuando menos sorprendente, que ahora se diga que Garzón era un juez que había recibido 50 querellas; todas archivadas. Que además este juez instruía muy mal los casos. Y entonces, cómo se entiende que el CGPJ, no lo expedientara ya antes por todo ello? ¿Tenía Garzón algún privilegio que no nos han explicado?

Estos días he visto cantidad de adhesiones y detracciones hacia Garzón. Algunas rayan lo inverosímil hablando incluso de ensañamiento. Pero los medios las publican: ¡Hay que demostrar consensos!
En todo caso, no me parece creíble hablar de ensañamiento con siete jueces de distintos partidos en el tribunal.

¿Que tal si añadimos más leña al fuego con otra hipótesis?
Supongamos que nadie discute que el caso Gurtel existió. Supongamos que nadie discute, que la ley debe ser igual para todos, es decir, incumbe a todos, incluidos a los jueces.
Supongamos que no me pareció, normal ni habitual, que un concejal del PP, de una población madrileña, pudiera ir (lo explicó él mismo ante la televisión) directamente ante el “juez estrella” Garzón, para explicarle lo que sabía sobre la trama Gurtel; los jueces y menos los estrella, no atienden súbitamente al primero que se acerca para explicarles algo.
Sigamos suponiendo, que destapar el caso Gurtel perjudicaba los intereses políticos y por tanto los futuribles de poder del PP. De la misma se le supone a Garzón, como persona próxima al PSOE: fue diputado por este partido, además de haberse publicado en los medios cantidad de indicios, como el de la cacería con el ministro de Justicia de Zapatero, o el nombramiento del presidente de Tribunal Supremo, Carlos Divar.

Podría parecer, que la protesta pública y visible del PSOE contra la sentencia, puede ser vista como una defensa al personaje, con “Plataforma de Apoyo al Juez” incluida. Aunque ello también podría tener más significados.

Digamos por último, que no entiendo cuales son las motivaciones del sindicato Manos Limpias para presentar querellas; en unos casos, sí, y en otros, no?
Me pregunto en definitiva, si ambos denunciantes, digo concejal del PP, digo Manos Limpias, no tendrán una misma y común motivación para denunciar? ¿Sería ello posible?

Mijail

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