jueves, 29 de diciembre de 2011

El Confidente



La furia de Rosell

No hace tanto tiempo apareció un nuevo presidente de la CEOE, como recambio del que había, el cual tuvo que dejar el cargo al quedar en evidencia algunos de sus escándalos empresariales, demostración clara de que no era precisamente un empresario modélico, o por lo menos, que no podía dar lecciones empresariales a nadie.
Rosell aceptó el cargo y desde entonces no hace más que salir en tromba pidiendo recortar aún más derechos a los trabajadores; es tal la furia con la que sale pidiendo más reformas, que da por pensar, que quizás quien se demuestra tan agresivo, difícilmente puede ser constructivo y ése es siempre su discurso: destruir los pocos derechos y la poca seguridad obrera, que aún nos pueda quedar.

A mediados de mes, hizo unas declaraciones ante la prensa, que no hacen sino certificar su poco talante constructivo; opinaba en favor de los minijobs o mini-empleos que están implantados en Alemania.
En primer lugar, le recomiendo leer bien los datos antes de hablar; no son 4,6 millones el número de estos contratos que hay en Alemania, sino que son más de 7 millones. Él sólo pide empleo barato o a precio de saldo, con la excusa de que son trabajos para gente joven, o para media jornada laboral.

Lo que debería saber también (aunque puede que se lo calle), son otros parámetros respecto a estos mini-trabajos: El Estado alemán no parece tener intención de convertirlos en puestos de trabajo a jornada completa y esto parece ir en vías de consolidar los sueldos de 400 euros actuales, aunque es cierto que han anunciado subir hasta los 450 euros mensuales. Esto tiene un nombre le guste o no a Rosell: vía libre y legal a los sueldos bajos, a los sueldos de hambre. Teniendo en cuenta los más de 7 millones de contratos, esto denota el fomentar cada vez más, una clase social empobrecida. Me pregunto si será este el objetivo del presidente.
Pero vayamos a los derechos de los minijobs: en primer lugar apenas pagan impuestos, pero es que tampoco generan derecho a cobrar una pensión en el futuro. No sé si esto le parecerá interesante al presidente.
Por otra parte, la implantación de estos contratos se ha hecho sin ningún tipo de control. Se ha llegado a denunciar que determinados empresarios, obligan a este tipo de trabajadores, a realizar horas extras no remuneradas, o pagadas a uno o dos euros la hora. Además, según la estadística, es raro que un trabajador de este tipo, encuentre después un puesto de trabajo normal. Desconozco si esta característica le parece justa a Rosell.

Otro dato: el diario Saarbrückener Zeitung, publicó en el mes de agosto, que en 2010, unos 660.000 jubilados se vieron obligados a complementar sus escasas pensiones con estos mini-empleos. Ignoro si a Rosell, le parecería muy dignificante o conveniente, que esto ocurriera aquí.

Estos mini-sueldos no potencian para nada el consumo y no olvidemos que estamos en un sistema basado precisamente en el consumo, por tanto este planteamiento de sólo sueldos bajos, no parece ser una buena apuesta de futuro. Tampoco sé si Rosell, presidente de la CEOE, podría pagarse sus trajes, si su sueldo fuera de sólo 400 euros al mes, pero me empieza a recordar a un presidente radical que tuvo la CEOE llamado Cuevas y al que llamaban Cavernas. Pues eso, peseterismo puro y duro.

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