viernes, 26 de agosto de 2011

El Confidente



“Elecciones Generalísimas”

Era a finales de un julio inquietante, cuando un Zapatero dubitante, olvidando su talante, nos convocó en forma poco elegante, a las urnas con una fecha delirante: 20-N. De aquí en adelante, el imaginario popular redundante, confundirá de un modo incesante, la fecha electoral con la muerte del que impidió elecciones de forma aplastante, a un pueblo que se ve ahora perjudicado y agobiado por una deuda acuciante.

No sé cual será en mente de Zapatero, el significado de tan extraño solapamiento electoral, con la fecha que supuso la desaparición física del tirano, pero después de todo lo visto, uno está abierto a todas las hipótesis ya que con él, la única certeza posible es que miente en todo de una forma compulsiva; se permitió mentirnos incluso hasta en la despedida, diciéndonos enfáticamente el día 28 que convocaría en marzo, para anunciarnos el 29 que convocaba en noviembre, pero es que además, confesó tener decidida esta fecha desde hacía meses.
La fecha del 20-N puede concitar sentimientos en cierta manera paralelos; es la fecha en la que murió el dictador que mantuvo a España marginada de Europa y en este año se apartará del poder, al partido que ha dejado al país hundido, económicamente y socialmente hablando.

Al día siguiente de la convocatoria, los tertulianos políticos expresaban opiniones diversas, incluida la de que en los tres meses de verano, julio, agosto y septiembre, desciende el desempleo (un descenso estacional que se da cada año debido al turismo); la cifra que se dará a conocer en octubre, favorece al PSOE. Me llamó mucho la atención, que algunos participantes enviaran al mismo tiempo un mensaje calificándolas de “Elecciones Generalísimas”.
Personalmente estoy dispuesto a considerar todas las hipótesis, de todos modos y conociendo un poco el carácter manipulador del personaje, yo añadiría una pequeña hipótesis en el sentido de que puede resultar muy reveladora la fecha del 20-N: veamos, por una parte es la fecha de celebración de la muerte del dictador y es por tanto subconscientemente hablando, el fin de la dictadura. Ahora convocando elecciones el 20 de noviembre, puede parecer subconscientemente también, que Zapatero es el único que estuvo en contra de la dictadura y que de alguna manera, con él comenzó la verdadera transición.
De ser cierta esta hipótesis, sería la comprobación más palmaria de que Zapatero nos considera a los electores como una masa electoral ignorante y fácilmente manipulable.

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