lunes, 22 de agosto de 2011

El Confidente



Acuerdo de emergencia en la Eurozona

Con el acuerdo de 21 de julio, la Eurozona ha solucionado momentáneamente el rescate de Grecia. Un acuerdo para salvar in extremis la crisis griega que amenazaba con dinamitar la Europa del euro. Es en definitiva, una solución que podía haberse tomado ya en mayo del año pasado.
Europa ha creado un fondo europeo de 440.000 millones para rescates, con un tipo de interés del 3,5% y un vencimiento a 30 años. Momentáneamente se han salvado los muebles, lo cual no garantiza que Grecia pueda acabar pagando sus deudas, sin una quita considerable sobre su deuda, lo que viene a ser como una suspensión parcial de pagos controlada y aplazada en el tiempo.
Sin embargo, la creación de este fondo europeo, debe ir supeditada a unas condiciones también europeas, es decir unificadas o si se quiere, de control económico fiscal europeo sobre el país rescatado. Sin esta premisa, este fondo europeo no será sino un agrandar el agujero de la Eurozona.

El guión decía, que después del acuerdo, el optimismo volvería a las valoraciones económicas europeas, sin embargo últimamente los mercados no hacen sino tirar para abajo de las cotizaciones en bolsa. Se puede argumentar que han sido prohibidas las operaciones a crédito (a corto) y ello reduce el volumen de ventas, como también se puede llegar a la conclusión de que los mercados financieros parecen entender, los acuerdos para rescates no viables y dejando caer la bolsa, de alguna manera parecen exigir sensatamente, un control fiscal europeo. Hablando claro, es el momento inexcusable de poner sobre la mesa, la lamentable cuestión sobre la impunidad de determinados políticos en su misión de gestionar asuntos públicos; el caso de Grecia refleja sin duda alguna, un país donde los ciudadanos van a resultar sacrificados en muchos de sus derechos, por unos políticos que ejercen de megalómanos, en unas instituciones sólo formalmente democráticas, y donde el pueblo tendrá que pagar una vez más, la esperpéntica gestión de su clase política.
Claramente, esta apreciación no incumbe tan sólo a Grecia, sino también a otros países como Irlanda, Portugal, España o Italia, países todos ellos, que han demostrado suficientemente, tener una baja calidad en transparencia y control democrático de sus instituciones. Es imprescindible pues, un control democrático europeo total del gasto público, mediante instituciones independientes de los gobiernos. Ciertamente, como nadie puede creerse ya, que cada país hará por sí ése control (ya se ha demostrado que no funciona), lo que necesitamos es un eurocontrol.

En todo caso, la crisis europea ha abierto los ojos a la ciudadanía, que puede acabar pidiendo, además de la total transparencia en la fiscalización del gasto público, una fiscalización con carácter previo, todo ello respaldado por un sistema de fuertes sanciones que ejerza a modo de elemento disuasorio.
Hubo un redactor de la Constitución de EEUU, que nunca se cansó de exponer su tesis: “Un gobernante que coloca los intereses privados en el lugar de las obligaciones públicas y que convierte las asignaciones de fondos económicos en botines para sus favoritos, no es más que un impostor”.

Nuestro propio Tribunal de Cuentas, saca una conclusión tan demoledora como indignante: “Existe, la sensación de impunidad en funcionarios y cargos públicos por la falta de rendición y en general, ante el incumplimiento de leyes relativas a la gestión pública, pues se carece de instrumentos efectivos para requerir la información y obtener la necesaria colaboración”. Esto lo escribe el Tribunal de Cuentas en una publicación oficial.
Es de suponer, que para llegar a estas conclusiones, en parte se tenga en cuenta la última reforma del Código Penal, donde se exonera de manera nítida, de responsabilidad penal al propio Estado y al resto de administraciones públicas, pero también a organismos reguladores, empresas públicas, partidos políticos y a sindicatos. Es decir, una amnistía casi general, puesto que a los únicos que no exonera es a ciudadanos y empresarios privados, que en nada favorece la honestidad de los amnistiados, sino todo lo contrario, cuando lo que realmente precisamos es: deshonestos fuera de los cargos públicos.

Etiquetas:






<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]