miércoles, 13 de julio de 2011

A día de hoy


Los pequeños préstamos

Estamos viviendo en época de deudas; tiene grandes deudas el Estado, las distintas Administraciones y como no, muchas familias tenemos deudas, pero puede que entre las que tengan la suerte de no tenerlas, surja la necesidad de endeudarse temporalmente por un bajo importe, ya sea para hacer frente a nuevos gastos imprevistos. En este caso lo más usual es acudir al banco para solicitar un préstamo que puede instrumentalizarse mediante un crédito personal o con un pago a través de tarjeta de crédito.
En ambos casos, al tratarse de créditos, los nominales prestados deben ser devueltos en el plazo establecido con unos intereses adicionales. Básicamente, los dos sistemas son distintos pero parten de un contrato bancario que supone mantener cuenta abierta, domiciliar nomina, recibos, contratar seguros, fondo de pensiones, etc.

La tarjeta de crédito con un límite de disposición, va asociada a una cuenta corriente, permite disponer de efectivo para efectuar un pago en el momento preciso sin necesidad de efectuar ningún otro trámite. Cuando la contratación de la tarjeta se hace con un período de liquidación de un mes, se activa una modalidad carente de interés. En este caso, la tarjeta de crédito se usa como si fuera efectivo (ha sido llamada dinero de plástico). Sin embargo cuando en la cuenta no tenemos el saldo del que hemos dispuesto, debemos contratar el pago aplazado, con lo cual cada mes nos adeudarán una parte proporcional del nominal, más los intereses. En este caso, el TAE anual resultante para una tarjeta puede llegar a ser del 27%.

El crédito personal requiere personarse en la entidad bancaria y solicitarlo, para lo cual deberemos presentar nóminas, declaración de renta, registro de nuestras propiedades, etc. para que finalmente el crédito sea aprobado. Todo el proceso es más largo y laborioso. El pago resulta también mensual y en cuotas proporcionales, pero el tipo de interés resultante o TAE, puede salirnos por un 18%.

Como es lógico, debemos aconsejar austeridad antes que derroche y hoy día más que nunca, pero en caso de que realmente nos sea necesario un pequeño préstamo, es preferible informarse antes de decidir que modalidad nos resulta más conveniente, teniendo siempre muy presente, que las deudas ya sean de tarjeta o crédito personal al final hay que pagarlas.

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