jueves, 16 de junio de 2011

El Confidente



China, un país con problemas

Decir que el gobierno chino continua con su opacidad proverbial no es ninguna novedad; aventurar que los 1.300 millones de habitantes pueden tener algunas dificultades a medio plazo, no es arriesgar demasiado.
China, donde los sueldos son muy bajos, a pesar de que en los tres últimos años se han duplicado, está afectada por una gran inflación (5,5% en mayo) que incide negativamente en una burbuja inmobiliaria similar a la que hemos tenido aquí, con la diferencia de que allí quien vende los terrenos, es la comunidad, es el estado, pero los prestatarios ya empiezan a no poder pagar y el guión que sigue, es de todos nosotros suficientemente conocido. Hay que tener en cuenta, que el 70% de la economía del país está relacionada con la construcción y las infraestructuras. En estos momentos empresas europeas empiezan a abandonar China, porque ya no les resulta tan rentable fabricar allí.
A pesar del régimen comunista, últimamente ha aparecido en China un grupo de nuevos ricos, pero la gran mayoría de sus conciudadanos son clase media baja, y ya sabemos que a esta clase social, es a quien más perjudica la inflación.

Otro problema a tener en cuenta es la contaminación; ciudadanos chinos nos comentan convencidos, que su país cuida mucho el medio ambiente; este es sin duda el mensaje oficial, sin embargo la realidad es totalmente al contrario; la prueba en la Presa de las Tres Gargantas. Se trata de una gran presa de 185 metros de profundidad, para producción de energía eléctrica, que construida en mitad del largo río Yangtsé, inunda tres gargantas, la de Qutang ,Wuxia y Xilling, con un embalse de 39.300 millones de m3. Es la presa con mayor producción eléctrica del mundo que ha sumergido más de 300 pueblos, desplazando a 1,4 millones de personas, a quienes se prometió igualar su calidad de vida con los no desplazados, cosa que no se ha hecho.
Ocurre que este río que desemboca junto a Shangai, viene siendo la gran cloaca de China; allí se vierten aguas fecales y residuos industriales tóxicos provenientes de fabricas instaladas en sus riberas. La presa acumula gran cantidad de basura flotante y la que no se ve, pero la población de ocho provincias bebe directamente el agua contaminada del río, precisamente en China Central, la zona más poblada del país.

El gobierno chino exhibe que las 32 turbinas instaladas pueden llegar a generar 22,5 megavatios de potencia, pero últimamente se ha visto obligado a reconocer algunos problemas; el de la no reubicación de los desplazados y la contaminación de las aguas del Yangtsé. Científicos independientes chinos, apuntan que “la peor de las amenazas podría ser el desastre ecológico, sobre todo en caso de un terremoto se podría romper la presa”; es una posibilidad, pero la presa en su base tiene 110 metros de espesor.
El gobierno empieza a admitir la grave contaminación o los corrimientos de tierra en el entorno del embalse. Lo que sí quedó demostrado con las inundaciones del 2010, es la escasa capacidad de la presa para controlar el caudal del río, cuando el país llegó a estar preocupado con la posibilidad de que reventase el dique.

La opacidad del gobierno continua en muchos otros aspectos, pero cualquier día puede aparecer un movimiento social que acabe siendo apoyado por un amplio sector de ciudadanos y entonces puede comenzar otro nuevo conflicto típico, donde se dirimen intereses pero mueren inocentes. Sería preferible que el gobierno chino solucionara estos problemas para evitar males mayores, deben tener en cuenta lo ocurrido en junio de 1989, cuando a causa de una gran subida de precios forzada por una inflación del 10%, estudiantes que se manifestaban en la plaza de Tiananmen, fueron masacrados por el ejército chino, muriendo 800 personas según la CIA y 2.600 según la Cruz Roja China.

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