jueves, 21 de abril de 2011

El Confidente



El chavismo, un caciquismo propio del franquismo

Aparece en el libro XIII de los Diálogos de Confuncio, cuando el Maestro siendo preguntado responde: “Gobernar es dar ejemplo, el ejemplo del trabajo y no cansarse nunca de darlo”.
Habida cuenta de todo lo que se dice sobre Manuel Chaves y su familia, puede que lleguemos a la conclusión, de que una de dos: o Confuncio estaba muy equivocado, o bien el mensaje de Confuncio no ha llegado hasta Chaves.

Si resulta que su hermano Antonio José, saltó a la fama mediática por contratar con la Junta de Andalucía, a través de la empresa CLIMOCUBIERTAS. Resulta además, que tiene a tres hermanos colocados en altos cargos de la JA, Televisión o Seguridad de la JA; Leonardo, Francisco J. y Carlos. Pero es que su hermana, Rosa Maria, también cobra nomina del Servicio Andaluz de Salud. Ahora su otro hermano Fernando, ha sido encausado judicialmente por un asunto de supuesta revelación de secretos.

Si además como parece, Chaves tendrá que declarar ante la justicia, por el tema de la entrega de una subvención de la JA de diez millones de euros a MATSA, empresa donde su hija, Paula es apoderada.

Si su hijo Iván, anda enredado con una documentación que tiene la prensa, donde supuestamente, cobraba comisiones por conseguir contratos empresariales (BOGARIS, por ejemplo) con la JA, pues visto así, todo parece escenificar un acto de nepotismo caciquil, donde a lo que parece, el ejemplo que se transparenta no es muy edificante, sino todo lo contrario. Si bien algunos medios hablan abiertamente de “trafico de influencias”, nosotros preferimos calificarlo de momento como un “tráfico de coincidencias”.

Algunos periodistas, ya empiezan a llamar a todo este asunto “el Cortijo de Chaves”. Lo más curioso es que el vicepresidente tercero, Chaves, se irrita profundamente cuando le recuerdan que ha podido cometer abuso de poder.
Se lamenta de que: “Condenan a mi familia a la muerte civil”, cuando ha sido él mismo, quien ante los medios, ha reconocido las actividades de su hijo.

No son pocos quienes opinan, que diecinueve años en el poder, como Presidente de la Junta de Andalucía (o cualquier otra autonomía), son demasiados años y pueden llegar a viciar comportamientos.
Ciertamente, no parece demasiado higiénico políticamente hablando, que los altos cargos públicos se eternicen en su silla, como tampoco parece saludable para los intereses ciudadanos, que un mismo partido político ocupe durante veintidós años seguidos el poder en una institución ya sea Ayuntamiento, Comunidad Autónoma o cualquier otra institución. Seguramente, aquí se podría decir aquello de que, de aquellos polvos vienen estos lodos.

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