lunes, 5 de julio de 2010

El Confidente

El interrogante de Flandes

Desde finales de la Edad Media, Bélgica fue un floreciente centro de comercio y cultura. Llegado el siglo XVIII, los en aquella época llamados, Países Bajos del Sur, fueron el escenario de muchas batallas entre los estados europeos. La Gallia Belgica que figuraba en el imperio de Augusto y aunque no lo parezca, ha sido desde la Edad Media un país de referencia para toda Europa; un país de 10’4 millones de habitantes con una bandera de origen desconocido, de colores negro, amarillo y rojo.

La recién victoria electoral de la Nueva Alianza Flamenca, significa un cambio profundo que de seguro tendrá, como en otros tiempos, consecuencias en toda Europa. El titular de la BBC “Una Bélgica en crisis, preside una Europa en crisis”, explica las dificultades que está teniendo los ganadores de la elecciones belgas para formar gobierno, pero no comenta que el programa político más votado en estas elecciones belgas, implica vaciar de contenido su Estado, para después destruirlo con la independencia de sus regiones. ¿A quién beneficia este cambio? A los ciudadanos de a pie seguro que no.

La moda contagiosa de liquidar los viejos Estados europeos se está contagiando en todo el territorio. El Estado-Nación está perdiendo parte de su soberanía al ceder competencias básicas al gobierno de la Unión Europea. Cuando no, hay estados que como Grecia y España, han tenido que aceptar las injerencia de la UE para intentar remedar su desastrosa situación económica.
A este vaciado de competencias básicas, se añaden los que intentan regionalizar los territorios, los que inician el camino hacia de confederalismo; esto es un deseo votado mayoritariamente en Bégica y es un desideratum de algunos en España.

La UE nos priva de una parte de nuestra soberanía, sin que por ello, quede demostrado que allí gestionan mejor que en los Estados-Nación; prueba de ello, es que estando los 27 en la UE, abusando de ciertas situaciones, ha sobrevenido un desastre económico y no han sido capaces ni de prevenirlo, ni de detenerlo.

Cambiar Europa, pasarla de Estados-Nación a pequeñas regiones independizadas no sabemos a quien beneficia, pues no se ha demostrado que beneficie a los ciudadanos; ni se ha demostrado que les dé más libertad, que tengan más seguridad, que haya más justicia, ni tampoco que sea capaz de mejorar la situación económica. ¿A quién beneficia este “divide y vencerás?

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