viernes, 14 de mayo de 2010

El Confidente

De Zapatero a Groucho Marx
  


El día 11 publiqué una tira que consideré titular “La pesada losa de la deuda”. Nuestra deuda es cierta y verdad, cuando expertos economistas la cifran en 17.000 euros por español. También es cierto, que aparecen comentaristas que pretendiendo suavizar la situación exponen que, aún podríamos endeudarnos más. Bueno esto siempre es posible; si ahora estamos en el 11,2% del PIB, porque no llegar al 60%?. Lanzarse al precipicio o suicidarse siempre es posible, pero no parece esta la vía más aconsejable.
En dicha tira acababa con una pregunta directa:
¿Cómo acabará todo esto ministra, llegaremos aquí, a la situación griega?

La respuesta la dio ayer Zapatero en el Congreso cuando anunció una serie de medidas, para que las clases con economía más débil paguen el desaguisado de sus políticas desatinadas.
La respuesta que dio ayer Zapatero fue: Sí, esto es Grecia. Recortaremos el sueldo de los funcionarios y además lo congelaremos, también congelaremos las pensiones, eliminaremos la retroactividad en mi ley estrella (ahora estrellada), Ley de Dependencia, eliminaremos mi cheque bebe. Pero cuidado, hay que leerse bien el discurso de Zapatero, porque dice: “Tomaremos entre otras, estas medidas...” Me pregunto, cuales serán las “otras”?

¿En que se parecen estas medidas con las griegas? Pues que en general, vienen a ser, rebaja de sueldo a funcionarios, de pensiones (si no se incrementan, bajan con referencia al IPC) y aumento de 2 puntos en IVA, “entre otras”.

Zapatero en su patético discurso parlamentario, adoptó un tono lloriqueante cuando exponía sus medidas, pero olvido decir que es él, el responsable en gran parte, de tal situación, no instando al Banco de España para que vigilara a las entidades de crédito, repartiendo subvenciones a manos llenas y construyendo obras carísimas e innecesarias. Además, fue él quien proclamaba que jamás tocaría el sueldo de los funcionarios, el que repetía que siempre incrementaría las pensiones (prometió un aumento del 6% en campaña electoral) y el que ahora nos reclama sacrificios a los más débiles. Se trata de un ideario errático donde los haya, o el donde dije Diego, ahora digo Digo. Parece que en buena lógica, la suma de todo, debería hundir la confianza popular en Zapatero.

Está decisión de recortar sueldos, que no está sometida al debate y decisión parlamentaria, sino a la decisión que el viernes tome el Consejo de Ministros (y la va a aprobar) debería establecer un antes y un después, en la actitud social. Aquí debo matizar, que cuando digo actitud social, no me estoy refiriendo a los muy subvencionado sindicatos UGT y CCOO, sino a la actitud personal de los ciudadanos de a pie. El Gobierno no puede negar que había firmado un pacto sindical con los funcionarios, que ahora queda incumplido o dinamitado, como también queda incumplido el Pacto de Toledo en lo referente al incremento de las pensiones.
En todo caso y salvo error, el acuerdo de recortes que aprobarán el viernes en Consejo de Ministros, tiene que venir acompañado de un Decreto Ley que modifique la Ley de Presupuestos en vigor, un Decreto Ley que tendrá que ser convalidado después.

Groucho Marx ya acuñó una definición sarcástica para estos casos, que también se daban en su época: “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”. Esto es en definitiva, lo que hace Zapatero.
Ahora es cuando cobra fuerza más que nunca, la frase que oímos hace ya un par de años: “Con Zapatero, no hay dinero”.

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