miércoles, 7 de abril de 2010
El Confidente
El caso Gurtel ha destapado otro caso de corrupción, aunque seguramente no será el último. El juez Baltasar Garzón inició una investigación judicial en la que apareció un senador, Luis Bárcenas, ex tesorero del PP, por lo cual el caso tuvo que pasar al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, siendo ahora el juez Pedreira quien instruye el caso.
Ayer se levantó parcialmente el secreto del sumario y de esos 50.000 folios que se han facilitado a las partes, dicen que revelan información sobre la trama de corrupción liderada por Francisco Correa y que salpica a varios altos cargos del PP.
En la documentación intervenida por la policía, aparecen las iniciales de algunos de ellos en los repartos de comisiones (PC, LB, LS). Al nombre L.B., L. Bárc o L. Bárcenas; la Fiscalía le atribuye el cobro, "sin género de dudas", de 1,3 millones de euros en sobornos.
Lo que no se entiende, es que en estas circunstancias, Bárcenas continúe teniendo despacho y plaza de garaje en la sede del PP. Al ser preguntada por este particular, la secretaria del PP, Cospedal, ha respondido que "no tiene que escandalizar a nadie" que el ex tesorero del partido tenga "un lugar" en la sede nacional de la organización, ya que ello no supone ningún "privilegio". Bueno, no lo supone, o sí; por lo menos el hecho puede levantar sospechas muy fundadas.
Según el sumario, Correa negociaba previamente la concesión de adjudicaciones de suelo, construcción de viviendas, u obra pública de todo tipo, a cambio de generosas compensaciones económicas que como es lógico, se presume salían de aumentar los presupuestos multiplicándolos por ocho o diez. Es decir unas corruptelas que acabamos pagando entre todos con nuestros impuestos.
Si el sumario documenta estas actuaciones entre el 2002 y el 2007 en varios Ayuntamientos, hemos de preguntarnos seriamente, si no habrá más Ayuntamientos que han estado haciendo lo mismo con otros “correa”?
Y dónde están los controles legales que deberían haber impedido estas situaciones? Porque aquí se pueden dar dos situaciones: que no existan, en ése caso estaría claro, que nuestro sistema legal y político permite la corrupción de una forma encubierta, por la vía de la ausencia de control, o por el contrario, existe realmente el control y en ése caso, al no haber funcionado, parece que debería sentarse también en el banquillo junto a Bárcenas, Correa y el Bigotes.
Etiquetas: casgurtelofalcont
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