viernes, 15 de enero de 2010

El Confidente

El debate sucesorio



Dice que preguntaron a Zapatero, si repetiría como candidato a las próximas elecciones generales de 2.012 y no contestó. Un silencio que ha levantado sospechas entre la comunidad de comentaristas políticos.
Hemos oído de todo: que si se vuelve a presentar será la mejor noticia para el PP, o que tiene que presentarse obligatoriamente, dado que nadie en la cúpula del partido, está dispuesto a lidiar el toro del hundimiento económico.

Últimamente aparece el nombre de José Blanco como candidato; puede ser, pero Blanco, superviviente de la corriente socialista Nueva Vía, ahora es ministro por qué Zapatero lo repescó. Sin la repesca del número uno, Blanco seguiría siendo un militante de base como otros muchos. Así que, Pepiño le debe cargo y lealtad al uno, por tanto no lo desafiará en combate sucesorio.

Hemos de remontarnos en la historia; González era en su día el uno y tenía cogido por cierta parte a su número dos; Guerra. Cuando este último le lanzó un desafío, González tiró de una cuerda y apareció un cartel donde ponía “Juan Guerra, hermanísimo de Alfonso, tiene un despacho oficial en Sevilla”. Con este escándalo Guerra quedó descartado del pedestal presidencial y hubo de refugiarse en su escaño de diputado.
Y cuando Zapatero decidió fichar al gallego Pepiño como dos, sacándole del anonimato, seguramente lo hizo impulsado por dos razones: por qué sabía que no tenía buena relación con el sector entonces en el poder, con lo cual ejercería de leal escudero en todo momento y por qué Pepiño puede que tenga algún agarradero por donde mantenerle siempre asido.

Otro nombre que acaba de aparecer en las quinielas, es el de Carmen Chacón, que tenía muchos puntos a su favor mientras era ministra de Vivienda, pero ahora como ministra de Defensa, ha perdido muchos enteros con la repentina salida militar de Kosovo y con su dudosa gestión en el secuestro del Alakrana; una persona de Ferraz comenta que “lo pasó fatal”.

José Bono es otro nombre que suena y que ha sonado históricamente, pero tuvo algunos encontronazos con la cúpula del PSOE, siendo Presidente de Castilla la Mancha: siendo ministro de Defensa, Narcis Serra (ahora Presidente de Caixa Catalunya), este pretendía convertir una finca denominada Cabañeros en un campo de tiro militar; Bono se opuso y logró convertirla en “parque natural”. Después José Borell, por aquél entonces ministro de Obras Públicas, pretendía hacer discurrir una carretera por encima de las Hoces del Cabriel; un río pintoresco que Bono defendió proclamando: “Antes pasará un camello por el ojo de una aguja, que la carretera por las Hoces del Cabriel”.
Bono, gran amigo de Zaplana, apoyó a Almunia para auparlo a la Secretaría General de PSOE; el motivo estaba claro, ir contra Borrell que era otro candidato. Bono puede tener su credibilidad algo mermada, pues en dos ocasiones anunció que dejaba la política y se ha reenganchado.

En cuanto a Rubalcaba no merece ni comentario, puesto que en el partido se le da por jubilado.

Pero no es el bagaje de nombres lo que preocupa en Ferraz, sino saber de donde ha salido, o mejor dicho, de qué sectores del partido ha salido, la idea de lanzarle el debate sucesorio a Zapatero, a dos años vista de unas elecciones generales; esto si se agota la legislatura, cosa que está por ver.

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