lunes, 25 de mayo de 2009

El Confidente


Maniobras de distracción



Hay escenas de la vida política que parecen de todo punto incomprensibles, pero conociendo un poco a los protagonistas y sus afanes, llegan a ser escenas perfectamente descifrables.
Sin ir más lejos, el papel de don Tancredo que durante años representó el alicantino Pedro Solbes, puede ser un buen ejemplo de ello; su función no era otra que desempeñar el papel de parachoques o airbag para Zapatero, haciendo en todo momento, la política que le dictaba el presidente, pero asumiendo y encajando las críticas y ataques de toda la oposición (ahí está el detalle, que diría Cantinflas), desde el PP hasta UPyD.

El papel de diana que asumió Solbes cuando ya estaba en vías de jubilarse, seguramente será asumido ahora por Manolo Chaves, otro veterano profesional de la política, también en edad cercana a jubilarse.


Seguramente será Chaves, quien adopte el papel de “malo” en el tema de la financiación catalana. Nuevamente le lloverán las críticas de toda la oposición y los comentaristas. Ante ello, Chaves tendrá que adoptar el papel de don Tancredo, para así preservar la imagen de Zapatero, quien dará a entender implícitamente con su silencio, que el área de la financiación autonómica es un tema de la competencia de Chaves, en la que él no se debe inmiscuir.

Otra vez los políticos catalanes volverán a montar en cólera, pondrán cara de disgusto y hasta veladas amenazas volverán a salir de su boca pequeña. Unas amenazas que no pasaron nunca de ser un brindis al sol y que sólo se materializarán ante unas inminentes elecciones catalanas.

Así pues nuevamente, Zapatero conseguirá desviar la atención de los electores, porque lo cierto es que mientras se da vueltas a la noria de la financiación cuyos plazos ya han vencido en ocho ocasiones, mientras se debate sobre el tema de la píldora del día después, el aborto libre y los trajes corruptelares, se está desviando la atención sobre la crisis económica, un tema que en estos momentos hunde el balance político de Zapatero.
En todo caso, estos temas sólo afectan a algunos votantes, pero la crisis económica, en una u otra manera, afecta a todos.

En resumen, desviar la atención de los adversarios, forma parte de las más antiguas artimañas políticas, pues las maniobras de distracción ya fueron usadas por los romanos, e incluso por su antecesores para dominar la opinión del pueblo.

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