viernes, 20 de marzo de 2009

A día de hoy

Las historietas del abuelo Cebolleta









Hace pocos días, un empresario desesperado, se montó en su camión con dos latas de gasolina en la cabina y aparcando delante de la puerta del Ayuntamiento que le debía 400.000 euros (65 millones de pesetas), amenazó con prenderle fuego a la gasolina si no le pagaban. Después de unas negociaciones muy tensas les arrancó la promesa de que le pagarían la mitad.
Esa es la forma como paga la Administración española a sus proveedores, tarde y mal. ¿Por qué? Pues muy sencillo, si en nuestro país la Justicia fuera recta y justa esto no ocurriría, porque a la mínima, la Justicia condenaría severamente al alcalde responsable de la morosidad, o al consejero de turno en la misma circunstancia, porque si el empresario no paga el IBI en un plazo que dura unos días, es sancionado con un recargo del 20%.

Para ratificarse en el ejemplo, aparece el Gobierno y nos dice que la culpa de la crisis económica es de la banca. Pero vamos a ver; si el presidente nos dijo sólo hace unos meses que nuestro sistema bancario era modélico en el mundo entero? ¿En que quedamos? Claro que después hubo que aflojarles muchos millones en avales, siendo el Gobierno plenamente consciente de que lo hacía porque la banca española tenía que afrontar un elevado endeudamiento exterior, fruto de nuestra economía recalentada.

Ahora, cuando la banca ha publicado sus beneficios que han sido bastante menores que en otros años, aparece el presidente del Gobierno diciendo que “no es momento de beneficios”. Y porque no ha criticado los sueldos elevadísimos de muchos diputados, de bastantes alcaldes y de incontables cargos de confianza? Porque no ha criticado, los sueldos millonarios de los componentes de cúpulas bancarias en vez de criticar los beneficios? Pues menos mal que los bancos tienen beneficios, porque sino fuera así tendrían que cerrar.

Y todo esto, cuando no hace tantos meses, un Zapatero eufórico clamaba a los cuatro vientos la inexistencia de crisis en España, llamando catastrofistas a cuantos avisaban de la verdad.
Quizás está llegando el momento de decirle a Zapatero, que basta ya de embustes y de comedietas de tres al cuatro. Tiene sobre sus espaldas la responsabilidad de cinco años de impasibilidad ante la crisis que se acercaba galopante y él, el que nos ha explicado tantos rollos, no tomó ni una sola medida que sirviera para prevenir el cataclismo.
Más le valdría que la Administración pagara sus deudas y evitaran que miles de empresas tengan que cerrar echando a sus trabajadores. El plan para hacer unas obras en los municipios, son simplemente una maniobra de distracción que nada soluciona, estando ya cerca de los 4 millones de parados.

La culpa es muy fea y a nadie le gusta cargar con ella; aquí ha tenido culpa el Gobierno, cuyo responsable legal es su presidente, por no ordenar al Banco de España que tuviera rigurosidad con la banca, para impedir que se dieran los créditos hipotecarios sin garantía ninguna y por unos valores de tasación del 125%.
Han tenido culpa también los titulares de los créditos, que intuyendo que esto podría explotar en cualquier momento, han jugado a la ruleta rusa del tiempo pasa, intentando zafarse de la explosión.

Que deje ya de buscar otros culpables; asuma su responsabilidad y actúe con eficacia. Ya no nos creemos ninguna de sus historietas del tebeo, a modo de batallitas del abuelo Cebolleta.

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