lunes, 16 de marzo de 2009

A día de hoy

La idea luminosa del Gobierno no sirve para ver el abuso comprobado

En febrero de 2007, Australia anunció que prohibiría la venta de bombillas incandescentes en 2010. Poco después, fue Canadá quien fijó para 2012 la prohibición de vender incandescentes. La Unión Europea está estudiando cómo y cuando hacer el cambio. Lo cierto es que anunció en Marzo de 2007 que planea recortar las emisiones de carbono un 20% antes del 2020. Parte de este recorte se alcanzará substituyendo bombillas incandescentes por fluorescentes compactos.

Los fluorescentes compactos son esas bombillas que tienen unos pequeños tubos fluorescentes plegados; por el simple hecho de ser fluorescentes se calientan poco, con lo cual consumen mucho menos. Es lo contrario que ocurre con el lámpara de incandescencia, que consume mucha energía que acaba convertida en calor. Estas bombillas con fluorescentes son por tanto, de bajo consumo y consumen un 70% menos que las incandescentes, pero su precio de coste es 6 veces el de una bombilla de incandescencia. Ahí está el problema, en el coste.

Al Gobierno se le ha ocurrido la propagandística idea, de invertir 42 millones de euros en bombillas de bajo consumo y regalarlas a los consumidores. No está mal la idea, pero si lo que se pretende es que en todos los hogares se usen estas bombillas, lo que podría hacerse es eliminar los impuestos de estas bombillas y bajar el precio.

Las bombillas consumen energía eléctrica. Se dice que lo último que un hogar deja de pagar es el pan y el recibo de luz, al estar considerados productos básicos e imprescindibles, luego oscilaciones en los precios de estos bienes, afectan a todos los hogares, más si cabe, en tiempos de crisis.
Con todo, el Gobierno aprobó el verano pasado un aumento (uno más) del recibo de la luz que debía quedar en un 8%. Lo cierto es que el recibo de febrero nos llegó con un gran aumento; en algunos casos con el 125 o el 200 por cien, con respecto al del año pasado.
Entre lecturas estimatorias y penalizaciones diferidas de “consumo excedido”, nos hemos encontrado con un “abuso comprobado” de unos recibos de luz, multiplicados por 2 ó por 3.

A día de hoy, el Gobierno con el ministro Sebastián incluido, siguen mirando las bombillas para no ver el incremento abusivo de las compañías eléctricas sobre los consumidores. El Gobierno sabe del abuso, pero sigue mirando para otra parte. En todo caso, el confuso incremento que hemos sufrido en el recibo de luz creo que da para comprar 25 bombillas de bajo consumo en cada hogar.
Me pregunto si con este aumento abusivo, no vigilado y permitido por el Gobierno, se pagará la bombilla de bajo coste regalada a cada hogar?
Sí, pero y el importe de las otras 24, quien se lo quedará?

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