viernes, 16 de enero de 2009

El Confidente

¿Estuvimos a punto de entrar en el Corralito?

En Argentina, a mitades de diciembre de 2001, el gobierno de Fernando de la Rúa, impuso a la población, una fuerte restricción a la extracción de dinero en efectivo de sus cuentas bancarias, ya fueran cuentas corrientes, cuentas de ahorros o plazos fijos. Es lo que se dio en llamar “el corralito”.

De la Rúa, decretó que los titulares bancarios, no podía retirar de sus cuentas en conjunto, más de 250 $ USA por semana. Los argentinos protestaron enérgicamente en las calles, con sonoras caceroladas.

La ya existente tensión social, se acentuó aún más con el corralito y todo culminó en un estallido social que obligó a dimitir a De la Rúa el 22 de diciembre. Tras la caída de De la Rúa, le sucedió como presidente, Adolfo Rodríguez, quien decretó la quiebra de la deuda estatal, la mayor suspensión de pagos que ha hecho un Estado.
Domínguez duró tan sólo una semana como presidente y su sucesor Eduardo Duhalde, tuvo que restaurar el respeto a las condiciones que tenían inicialmente los depósitos bancarios.

A finales del pasado año, varios bancos estadounidenses se hubieran visto abocados a la situación de quiebra, si el Estado no les hubiera inyectado en forma de ayudas, grandes cantidades de dinero.
Pero el fenómeno no se dio únicamente en EEUU, sino que también lo vimos en varios bancos europeos. Se dijo en incontables ocasiones que gran parte de las entidades de crédito españolas, carecían de “liquidez”, es decir, habían prestado tanto dinero en hipotecas, que si los clientes iban a retirar sus ahorros, el banco carecía de tesorería para reintegrarlos, es más, en muchos casos, debían el dinero (a otros prestamistas) que ellos mismos habían prestado para hipotecas.

En octubre de 2008, el gobierno español aprobó unas “ayudas” en avales a la banca por valor de 100.000 millones de euros, para que tuviera liquidez. Los bancos argentinos del 2001 no tenían liquidez, pero aquí en 2008, había muchas entidades que tampoco la tenían.
Uno se pregunta:
¿Qué hubiera pasado con la banca española, si no se le hubiera inyectado esta liquidez?
¿No será que la banca española estaba también muy tocada y sin estas ayudas, nos hubiéramos visto abocados a un corralito ibérico?

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